Podemos ir del
uno al otro y del otro al uno desde la representación con ayuda del logos con
la noción neutra del ser. Se trata de transformar la materia desde aquí. Aquí
se permite desde la representación el orden de la justicia a través de la sustitución
nos dice Levinas Mi relación con el otro da sentido a mi relación con la comunidad,
con los otros. La fraternidad precede a la comunidad. Todas las relaciones
humanas entonces provienen del desinterés. La ley así está inmersa en la
comunidad y no se trata de relaciones desde la igualdad. Así, la responsabilidad
está siempre presente. La contemporaneidad de lo múltiple se genera desde la
diacronía y el olvido de sí mueve la justicia. Así no hay posibilidad de
evasión y desde la responsabilidad se ejerce la ley desde dentro en proximidad
con todo otro, el infinito es el otro y no una supuesta trascendencia del juez
que lleva al abuso del poder. Me encantan estas ideas levinasianas pues las
relaciones se gestan desde la responsabilidad y así se multiplican hacia la
comunidad. Partiendo de dos, con la relación bien expresada, se expande una
forma diacrónica de ser y actuar hacia la comunidad.
El otro vulnerable, lo asisto en apertura y desinterés y se multiplican nuestras formas al mundo
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