Perdemos
humanidad con el cubrebocas, el rostro, los gestos, nos son quitados. La
alteridad pierde posibilidades de comunicación. La parte médica es un hecho en cuanto
a su necesidad, pero es un problema para el rostro del otro. El rostro me saca
de mi mismo, es trascendencia, exterioridad, es radicalmente otro y salgo de
mí. El otro es discurso antes que cualquier discurso. El otro se muestra en su
miseria, es frágil y su belleza sobrepasa todo lo que conozco. De la violencia,
el rostro me incita a ser responsable en humildad. El otro, manifestado por su
rostro me domina y respondo a su llamado. Si hoy se esconde el rostro en el
cubrebocas, no percibo tu necesidad y me vuelvo inmune a tu llamado, ya no es
desnudo y me aleja de mi responsabilidad, es anónimo y monstruoso. El rostro me
despierta a ser para él. Si el otro es la puerta de la caverna del espíritu y
el cubrebocas no me deja abrir esa puerta ¿qué podemos hacer? Lo que nos
quitaron estos años de encierro, debemos reparar y agradecer cuando podemos ver
el rostro completo y quizás porque descubierto, no lo estábamos mirando ni
asistiendo lo suficiente la vida nos dio una lección y ahora debemos buscarlo
más y también, entrar más en sus ojos que siguen disponibles todo el tiempo
para nosotros. Mirarlos, agradecerlos y asistirlos. Debemos acudir a ellos sin
miedo y aprovechar cada instante de vida. Levinas diría que el malestar
emocional viene a nosotros como un efecto negativo de no asistir al otro, de no
mirarlo, de pasar de largo y no descifrarlo. Entonces todo otro se debilita y
se esconde aún más bajo su máscara. La distancia entre el mismo y el otro se
expande y se construye un muro imaginario entre las personas. El cubre bocas no
ayuda en nada. El muro se solidifica detrás de ellas y no percibimos gestos, se
borran las huellas divinas en el rostro, perdemos las coordenadas de nuestra
dirección de vida y olvidamos ser para todo otro. Desde el encierro es como si
cuerpo y alma se hubieran entumido por estar en desuso y ahora debemos
reconectarnos. El bienestar emocional está en el contacto y la aproximación.
Podemos regresar a pintar el rostro del otro para descifrarlo y asistirlo en aproximación
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