Grace Nehmad

miércoles, 3 de agosto de 2022

Descifrar al otro en aproximación

 

Perdemos humanidad con el cubrebocas, el rostro, los gestos, nos son quitados. La alteridad pierde posibilidades de comunicación. La parte médica es un hecho en cuanto a su necesidad, pero es un problema para el rostro del otro. El rostro me saca de mi mismo, es trascendencia, exterioridad, es radicalmente otro y salgo de mí. El otro es discurso antes que cualquier discurso. El otro se muestra en su miseria, es frágil y su belleza sobrepasa todo lo que conozco. De la violencia, el rostro me incita a ser responsable en humildad. El otro, manifestado por su rostro me domina y respondo a su llamado. Si hoy se esconde el rostro en el cubrebocas, no percibo tu necesidad y me vuelvo inmune a tu llamado, ya no es desnudo y me aleja de mi responsabilidad, es anónimo y monstruoso. El rostro me despierta a ser para él. Si el otro es la puerta de la caverna del espíritu y el cubrebocas no me deja abrir esa puerta ¿qué podemos hacer? Lo que nos quitaron estos años de encierro, debemos reparar y agradecer cuando podemos ver el rostro completo y quizás porque descubierto, no lo estábamos mirando ni asistiendo lo suficiente la vida nos dio una lección y ahora debemos buscarlo más y también, entrar más en sus ojos que siguen disponibles todo el tiempo para nosotros. Mirarlos, agradecerlos y asistirlos. Debemos acudir a ellos sin miedo y aprovechar cada instante de vida. Levinas diría que el malestar emocional viene a nosotros como un efecto negativo de no asistir al otro, de no mirarlo, de pasar de largo y no descifrarlo. Entonces todo otro se debilita y se esconde aún más bajo su máscara. La distancia entre el mismo y el otro se expande y se construye un muro imaginario entre las personas. El cubre bocas no ayuda en nada. El muro se solidifica detrás de ellas y no percibimos gestos, se borran las huellas divinas en el rostro, perdemos las coordenadas de nuestra dirección de vida y olvidamos ser para todo otro. Desde el encierro es como si cuerpo y alma se hubieran entumido por estar en desuso y ahora debemos reconectarnos. El bienestar emocional está en el contacto y la aproximación.


Podemos regresar a pintar el rostro del otro para descifrarlo y asistirlo en aproximación





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