El paisaje se contempla y trabajamos a través de su observación. Es un juego interior y exterior. Es relación con la naturaleza y no desnaturalizar la naturaleza. Los bosques son parte de nosotros y debemos cuidarlos y volvernos parte de ellos. El equilibrio es importante. Es redirigir nuestras fuerzas. Los incendios bien manejados son preventivos. Es interesante la cultura del fuego que previene los fuegos devastadores. Este conocimiento comienza a propagarse y se trata de equilibrios. Es la conciencia de nuestra unión con la naturaleza que no busca la dominación y explotación y quiere sanar al planeta. Es el mundo de la escucha, me parece que Levinas está con nosotros en esta forma de ver y responsabilizarnos por todo otro y por nuestra relación con lo otro. No podemos arriesgar a la humanidad y ser conscientes y actuar. Es conciencia ética, es un imperativo categórico kantiano. Un interior ético responsable que busca proteger y conservar en responsabilidad, que se sabe parte de una cadena que transmite un mundo mejor. El hecho matemático es logos que abstrae y llega a emanciparse de las necesidades sensibles para regresar al mundo a entregar sus conocimientos en conciencia. Me parece que debemos reflexionar nuestro actuar en el mundo y tomar en cuenta todas nuestras partes dentro-fuera en ética y continuidad, unir todo conocimiento, regular la ciencia y la tecnología para un uso ético. Regular también nuestros fuegos interiores, nuestras pasiones y saber ¿en qué punto ayudan y desarrollan y en qué punto queman y destruyen? En conciencia tomar buenas decisiones y actuar en ayuda a todo otro y en continuidad, en restauración y renovación, en redención individual y colectiva, en retorno al Uno.
Un yo metereológico vive en su clima dentro-fuera para darse a todo otro en amor
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