Grace Nehmad

miércoles, 10 de agosto de 2022

Ella en su celibato

             Su celibato actual parecía no tener ningún sentido quizá sólo era lección de carencia. Ella mantenía la ilusión como todas las mujeres de encontrar a alguien para compartir la vida, pero parecía ser cada vez más inverosímil. Es doloroso estar solo, pensaba. Pero también está raro apreciar la existencia sin pareja y suena a la peor carencia del planeta. Lo evidente es que hay un hombre por muchas mujeres y dicen que las mujeres saben estar solas y los hombres, no. Normalmente es así pero también quizás se debe a que ellos son más demandados por estas proporciones desiguales. Es verdad que estar sola le daba libertades y beneficios, pero fue criada para casarse y vivir en pareja como toda mujer hasta ahora. Algunas pocas, a pesar de su educación deciden no casarse. El problema mayor ante esa decisión es negarse a la posibilidad de tener hijos que es quizás, peor carencia que no tener pareja. La vida tiene sus acomodos. El chiste es acomodarse en ellos y dejar de temer pérdidas y cambios. En soledad se reflexiona más y es bonito, pero quizás a menudo de más y se exacerban las sensaciones de vacío. Contactar al otro es ya conflicto aún antes de hablar. Se multiplican las dudas, ¿quién escogerá qué? ¿qué esperanza tenemos como humanidad? Todo es ruptura y conflicto, desastre tras desastre, y después, una mirada cambia las pérdidas en nuevas experiencias, posibles sólo desde las pérdidas y rupturas anteriores. Y volver siempre al árbol con raíces y crecimiento constante que empuja al futuro, al cielo sin límites. Retar al tiempo y medirlo en experiencias, al filo de cada mañana, al filo de cada noche, entre sueño y vigilia, en un tiempo sin tiempo prometedor, en el rostro del otro que invita al infinito aún no siendo pareja la es porque todos somos pareja y desde ahí el celibato ya no es falta de pareja. En la modernidad explotan las posibilidades de ser diferente y de probar mucho, los años de vida aumentan las experiencias, pero un día vendrá el ocaso definitivo. Ella le teme, como todos, pero más a la falta de relaciones humanas en el cotidiano, a los vacíos por no tener una pareja estable. No depende de ella tenerla, ¿o sí? Son diferentes filosofías existenciales, la vida moderna pide no concentrarse en esta carencia, en ninguna, pero no es fácil lograrlo. ¿Cuál es el remanente de esta reflexión? Es quizá la esperanza de ser moderna desde la salud y la construcción interior sólida que da versatilidad y seguridad, que abre a muchas parejas como amistades de afecto y apoyo, como puentes de camino espiritual compartido en alegría y libertad. La reflexión dejó su regalo y la lección se aprende, aceptar lo que resulte y abrirse a muchos vínculos afectivos vivir el tiempo en experiencias al filo en conciencia y compromiso con todo otro, aceptando y proyectando a cada instante en la tierra.




Ser para darse en tiempo de experiencias

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