En cuanto al amor en Levinas, es muy claro, el verdadero amor es borrarse, ser para todo otro en exterioridad y diacronía, somos el rehén de todo otro y es amor divino que me indica mi misión existencial en el rostro de todo otro, en su escucha y asistencia. Por eso el pueblo judío es de la escucha en el shema. Debe emanar el amor, el dar, y no doler. Si duele es un sacrificio y se busca más bien sacrificio en términos de ceder. Ello me dará más que cualquier otro aspecto del yo en deseo. Es redirigir la pulsión inicial. Limitar y seguir enfocados en el otro. En espera escuchar y dar.
Lazos generan luces que se comparten
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