¿El mal existe? Sócrates decía que el mal no es
nada pues no debemos de centrarnos en él y creo que tiene razón, pues el chiste
es concentrarse en lo que sí se logra, en empujar desde la acción y la
creatividad. Somos para, en movimiento y contando con lo que sí se concreta y
en hacer días hermosos con lo que tenemos, con lo que es constante y nos
fortalece, no con lo que nos entorpecer y hace decaer. Se trata de activarnos y
crear, y dar sin miedo. Para Leibniz Dios existe y no es laico, es un principio
para él y la pregunta obligada es entonces ¿por qué el mal? El mal toca a los
inocentes y parece contradictorio. ¿Cómo puede existir el mal y Dios perfecto
lo permite? Leibniz dice que olvidamos la relatividad del mal. El problema es
nuestra hipersensibilidad. Queremos no estar enfermos ni tristes nunca y no
sabemos pasar a lo que sigue y apreciar lo bueno y en general estar en el
presente, tendemos a recargarnos en lo negativo. Todo marcha, en realidad en el
presente y nos preocupamos por lo que no está y no es, por un futura negativo,
proyección que no marcha desde la anticipación. No estamos atentos a lo que sí
marcha. Los que enferman aprenden de la experiencia negativa despiertan y
aprecian su vida. Esperemos no necesitar del mal para apreciar lo bueno. Es aprender
de nuestros errores y seguir. El enseña y es activar sus enseñanzas en nosotros.
El mal para Leibniz es para enseñarnos en la corrección. El error se concientiza
y cambiamos en el despertar. El mal ayuda y despierta dice Leibniz. Me parece
importante la conciencia y la idea Levinasiana de que desde el mal podemos
decidir y decretar, no perseverar en él y seguir en ligereza con el otro al
centro. Anticipar y minimizar y evitar el mal para darnos a otros en amor, ser
para desde el aprendizaje y la conciencia. No autorizarnos a hacer sufrir a
otros y ver la causa y efecto de nuestros actos desde la determinación de Spinoza.
Debemos relativizar el mal y no someternos a él. No dejar actuar el mal y
vencerlo haciendo el bien y concentrándonos en él. Parte de esa concentración
positiva la tiene Levinas al poner al otro al centro.
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