Grace Nehmad

martes, 17 de mayo de 2022

La identidad para superarla

 La identidad para Hegel o Sartre es búsqueda del sí mismo y para Levinas es constante movimiento que se construye para darse a todo otro. Está sutil diferencia es toda la diferencia. Se trata de ir más allá del ser y del tiempo en el ser para desde la consciencia que se proyecta. Una identidad lograda, ya dicha, sigue caminando para darse. Se esfuma y es también ya otra a cada instante para darse. Donde queda más claro lograr borrarse y ceder para otro es con los hijos porque nos emana el dar y no lo cuestionamos y la idea es lograrlo con todo otro, poner a todo otro primero. Levinas en su obra hace una reducción fenomenológica en cierta medida y se centra en el Otro dejando todo lo demás fuera, no porque no sepa que existe un espacio del yo, del yo con Dios, pues es ortodoxo y reza tres veces al día y es investigador y debe reflexionar y escribir en soledad. Tampoco habla de sistema político, sólo de si tienes que decidir a quién le das primero entre dos personas, recurres al mediador y a la ley. Pero sí podemos intuir que con su idea del reflejo de Dios que te indica tu misión existencial en el rostro del otro que debes asistir, con la idea de la escucha y de ser para, extrapolando, en lo social y político encontraremos la justicia social anhelada, la era mesiánica de esta justicia y la redención en la cual cree Levinas. ¿Es utopía? Hasta ahora desde la investigación en ciencias políticas parece que la democracia es el mejor sistema político porque logra el mayor aumento en derechos humanos, pero ningún sistema es ideal. Quizás sin el fundamento de la prioridad del otro es más difícil mejorar en justicia social. Ciertamente la filosofía del otro promete grandes cambios y soluciones y me parece imperativo lograr claridad y empezar a actuar.


Ser para, crecer desde lo simple y florecer en color sutil para ayudar

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