La promesa cotidiana

 Lej leja 12:1

Y le dijo el Eterno a Abram: « Vete de tu tierra, de tu familia y de la casa paterna a la tierra que te señalaré. Y haré de ti un pueblo grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan, y en ti serán benditas todas las familias de la tierra ».

Que la fe y la promesa permanezcan siempre con nosotros porque en realidad cada mañana, al despertar nos vamos a la tierra prometida dejando todo atrás y no sabemos lo que será de nosotros pero sin querer funcionamos con miedo y apego, negativamente atados a lazos falsos de dominación cuando debemos tener un día creativo, libre del pasado, en descubrimiento y entrega, como si comenzáramos de nuevo a cada paso. Y entonces, como con Abraham la promesa se cumplirá para cada uno.