Dice Levinas que estamos mal bajo la piel,
somos más allá de nosotros y no entramos bien a bien en ella, vamos hacia el
completo y tenemos ansiedad de toda extensión. Es estar más allá del reposo y
de la coincidencia consigo mismo. Se trata de una contradicción constante
dentro, detrás del dentro de sí y del exilio, de la igualdad y de la diferencia,
está en reposo y movimiento. Se recurre a sí mismo desde la exigencia del otro.
El alma se desnuda y expone. El sujeto encarnado no es un concepto biológico.
Es responsabilidad anterior a todo compromiso, responsabilidad por la libertad
de los otros.
En esta incompletud nos entregamos al otro en
humildad y somos para en responsabilidad existencial. Sabemos que no buscamos
al otro para completarnos, es para asistirlo en amor y responsabilidad sabiendo
que estamos mal bajo la propia piel desde siempre. Somos seres en carencia peo
desde esta conciencia y al asumirnos, somos para y sin buscar completarnos en
el otro, buscamos darnos desinteresadamente como misión existencial.
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