Sentido de vida

 Freud nos habla de la creencia en Dios y de que lo creamos para resolver nuestras carencias, para disuadir nuestras negatividades. La pulsión sexual está detrás de todo para Freud. Nuestro instinto va hacia la destrucción y dominación y por eso el gobierno controla. Para Freud el miedo hace que los individuos se controlen de manera individual y colectiva y cuando no lo logran, interviene el gobierno. Así, en esta misma línea, las pulsiones  libres destruyen y necesitan control. Necesitamos autoridad que nos reafirma desde el niño que nos habita. La figura paternal nos hace desear protección y temer al castigo. El acto justo recibe recompensa y se castiga el acto negativo. Y así actuamos en estas direcciones con la idea de restablecer el bien. Dios es creado como omnipresente para saber y escuchar y reafirmar nuestros actos. La fragilidad y vulnerabilidad nos preocupan. El origen del mundo nos preocupa, y el miedo a la muerte. Por eso inventamos a Dios según Freud. También nos preguntamos sobre el sentido de la existencia y para Freud, también por ello creamos la idea de un Dios. La ilusión nos ayuda a soportar la existencia para olvidarnos de su falta de sentido. Dios recompensa a los justos, es nuestra necesidad de tener la ilusión que nos protege como humanidad para soportar la vida en la Tierra. La fe nos hace creer en lo que hacemos con un sentido. Sentido de que hacemos el bien por ideales que nos ayudan a vivir y a morir. Así la lucha entre fe, razón y sentido. Y en estos debates, me gustarría recargarme en Levinas y en la misión de servir al otro. Levinas por el contrario, es creyente y cree en Dios reflejado en el rostro del otro. Al asistirlo desaparece toda falta de sentido, toda ilusión. Las pulsiones se controlan para descentrarnos y atender a todo otro más y mejor.

En ayuda crecen los verdes y llueve la paz en la tierra desde el control de las pulsiones y redirección del deseo