Entre generaciones se dialoga de manera difícil. Es de cohorte, término demográfico y hay distancias complejas, pero se repiten actitudes y no logramos en realidad grandes cambios, entonces no quedan claras las extremidades que sacuden caminos. Es un prisma generacional que debe confrontar memorias y actualidades con mejor armonía. Las generaciones se inspiran y definen en momentos específicos de cambio y transformación, así como de vuelta al origen. Veamos todo en proporción y respondas sin balas, de manera civilizada. La brutalidad no debe tolerarse, podemos comunicarnos desde otro lugar. De manera poética también se han expresado inconformidades y no debemos llegar a la violencia. Las generaciones pueden ayudarse y no confrontarse negativamente. Como de manera bíblica la rebelión de Koraj fue desleal podemos darle la vuelta y respetarnos y desde ahí proponer soluciones novedosas recargadas en el debate positivo que busca la verdad y la sabiduría para ayudar a todo otro en amor. Estamos aquí hablando de violencia en discusiones generacionales que buscan independencia y protagonismo y podemos darles la vuelta y encontrar la transformación pacífica recargadas en manifestaciones no violentas. La memoria se repite y las explosiones sociales buscan cambios. Quizá la referencia a la revolución francesa es inevitable, se recarga en movimientos del pueblo que quiere tomar en sus manos su propio destino. Repensar estos aspectos repetitivos generacionales debe ayudarnos a lograr un diálogo diferente y pacífico que logre avances sociales importantes libres de violencia.
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