Ecleciastés 5:1
No seas precipitado con tu boca y que no se apresure tu corazón en pronunciar palabra delante de Dios, porque Dios está en el cielo y tú sobre la tierra. Sean pues pocas tus palabras.por cuanto los sueños vienen con la multitud de ocupaciones y la voz del insensato con multitud de palabras.
La humildad en nuestro actuar, en nuestros corazones, la espera y cuidar la palabra. Pensar más nuestros días y dirigirlos al otro que nos espera.
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