Grace Nehmad

domingo, 9 de enero de 2022

Levinas y kant

 

 

El otro no es medio para cumplir mis intereses, hay una dignidad humana y no somos ni nosotros mismos objetos, somos un no objeto, es distinguir entre el bien y el mal. Somos seres morales y eso es nuestra humanidad. No es desencarnada, es posible vivir en ella en una realidad compleja pata aterrizar decisiones en el bien. Las exigencias morales se entrecruzan y nos confrontan constantemente. La dignidad humana se compromete en muchas decisiones cotidianas. La moral kantiana es de principios y la mentira siempre es condenable. El otro no es medio y está prohibido mentir en todo momento. No podemos desconectarnos de la realidad y debemos aprender de cada una de nuestras decisiones. El bien y el mal se degrada y nos lleva al infinito. Debemos cuestionar nuestras intenciones y decidir y actuar sin hacer de los demás ni de nosotros mismo, objetos con fines utilitarios. Así, Levinas nos habla del concepto de estar ahí, es cuando estamos dispuestos a morir por el otro y nos damos cuenta de que es nuestra misión asistirlo, estamos para él y dispuestos a todo por él pues apreciamos su vulnerabilidad. Estar en el mundo es leernos de acuerdo con nuestras relaciones y nuestros trabajos, vínculos en el mundo para relacionarnos a cada paso con todo otro y asistirlo. De estos dos conceptos entra Levinas en Kant, en la idea de una ética universal interiorizada con su imperativo categórico que nos lleva a actuar en el bien, en dignidad, en correspondencia con nuestra humana humanidad. De aquí se desprenden los derechos humanos universales que deben aplicarse de manera individual y colectiva, lejos de todo interés.

Tes lunes gardent leur force pour aider tout autre

Lunas guardan su fuerza para ayudar a todo otro

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