Hobbes y el Leviatán y el otro levinasiano
Es filosofía política sin sustancia espiritual
como en Descartes su contemporáneo. El desacuerdo entre lo filosófico y lo
empírico. La tradición de los hechos está en lo anglosajón desde la percepción,
desde la naturaleza humana y su comportamiento. El hombre para Hobbes es hostil
para los otros y debe controlarse para vivir en relación con los otros y en
paz. El estado pone los límites y lo divino queda fuera, el miedo es al estado
y no a Dios. Tratar política como acción, es egoísmo. El hombre es un hecho que
se mueve por el deseo que no se harmoniza y lleva a la predación y a satisfacer
su egoísmo. El hombre quiere sobrevivir, quiere ser y estar arriba de todos,
matar antes de ser matado. Así la paz es imposible en un estado de naturaleza y
se cede todo al estado para evitar la violencia con reglas y leyes con igualdad.
La ley libera en igualdad. Para Levinas las leyes son muy importantes y la
justicia social que respeta y eleva a todo otro con un tercero como mediador y
testigo siempre. En la práctica se llega a actuar de manera egoísta y es central
la regla, es central el orden y la organización. Para Levinas es aterrizar en el mundo de la acción al servicio del otro y regresar siempre a las leyes que limitan al deseo egoísta natural y en ese sentido está de acuerdo con Hobbes.
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