Las lecciones del mundo de Sofía nos persiguen
hoy, en el jardín del Edén ella reflexiona y piensa que algo debe salir de la
nada, origenes. Sofía tardaba en ir a la escuela y caminaba el bosque. Para
ella no todo estaba en la razón del hombre. No le gustaba su físico ni sus
cabellos. Su parto fue difícil y no sabía quién era ni había podido escoger su
aspecto exterior. Ella no escogió nacer. Fue al jardín y era como una muñeca
con vida de repente y era consciente, con vida, pero sabe que va a morir. No
sabía si había vida después de la vida. Aceptaba que muriese, y agradecía su
vida. Vida y muerte relacionadas con intensidad, también la enfermedad daba
conciencia y las cartas misteriosas. De dónde viene el mundo era esta vez la
pregunta. Tuvo vértigo pues no tenía las respuestas de las cartas mágicas. Se
refugiaba en un espacio propio del jardín. En la guerra no hubo libertad y se
descuidaron muchas cosas. Los pasajes secretos se desarrollaron. El jardín era
un mundo en sí mismo. ¿De dónde viene nuestro mundo?, ¿su origen, todo tiene un
inicio? ¿Dios existió siempre?, ¿hubo un comienzo o no? No sabía las respuestas
ni tampoco de dónde venían las cartas extrañas. Ella quería crecer y se lo
preguntaba todo. Trataba de ordenar sus pensamientos y responder a los
acertijos de las cartas. La tercera era de cumpleaños para otra persona de
parte de su papá y antes de estas cartas su vida no tuvo sentido. Sofía lo supo
y así sigue este hermoso libro de 1991 de Jostein Gaarder. Estas preguntas nos
asaltan a todos y la filosofía occidental ha tratado de resolverlas para dar
sentido a nuestras vidas y a mi me han atrapado las respuestas de Levinas en
nuestra misión con el otro. Sin embargo, el otro al centro, me sigo preguntando
estas preguntas que en realidad son mágicas y eternas y me mueven a estar viva
y agradecida para escuchar y ayudar a todo otro.
En la fuerza del mar seguir y ayudar a todo otro en amor, signos y luces que elevan en compromiso con la humanidad
No hay comentarios:
Publicar un comentario