Grace Nehmad

domingo, 10 de octubre de 2021

Entrevista con le précepteur y el otro

 

 

 

Entrevista con “Le précepteur”, tiene 16000 abonados a su cadena. Habla de él y de su trabajo, de la filosofía en él. Su primer trabajo fue ayudar en mudanzas y después empezó a estudiar filosofía, pero no le molestaba nada el trabajo manual y le gusta el box, nos cuenta. Era bueno en ese trabajo y le gustaba combinar cuerpo y alma. Fue bueno para su estima y para hacerse adulto. Es importante que trabajen los chavos, piensa. Es la posibilidad de que tomen confianza en sí mismos. Entonces trabajó en un nuevo trabajo en una empresa con muchos empleados. Fue un reto y entró en la parte del reconocimiento profesional. Alternó trabajo y estudios. Tenía beca y su trabajo y vivía con sus padres. Podía pagar sus gastos y eso le hacía sentirse bien. Hacerse adulto es trabajar y pagar los propios gastos. Los otros estudiantes hablaban de justicia y proletariado desde lo hueco porque no trabajaban y no podían saber nada de la realidad ni de la realidad del proletariado. No tuvo vacaciones en esa época. El trabajo es obligación y responsabilidad. Lograr hacer coincidir la pasión y el trabajo es importante. Es formativo el trabajo. El que no trabaja no tiene consciencia del trabajo y se convierten probablemente en flojos. La autodisciplina viene mucho a través del cuerpo que se somete. El motor de la vida nos debe llevar a cumplir nuestros objetivos. Debemos buscar levantarnos motivados de la cama todos los días, nos dice. Debemos buscar lo que nos hace despertar y levantarnos de la cama todas las mañanas, es un objetivo de vida. Debemos decidir de propia cuenta lo que buscamos. Debemos ir al extremo de nuestros errores, continúa diciéndonos. Acompañar a otros en su camino es importante. Debemos seguir la propia ruta. Me hice adulto más rápido que otros, considera. El buen sentido es tomar en cuenta la consecuencia de nuestros actos. No le gusta el trabajo mal hecho y ello puede bloquear ciertos caminos. No soporta los errores ni las imperfecciones y sabe que debe trabajar en ello y debe avanzar en sus marcos rígidos de acción. Siente que ahí va, paso a paso, con objetivos alcanzables. Su dominio de educación es también transmitir y quiere dejar saber quién es y cómo trabaja y de dónde viene. Cada uno tiene su potencial y podemos revelar potenciales en otros y hacerlos avanzar en sus caminos. Podemos interactuar con otros y hacer emerger lo mejor en cada uno. Él quiere inspirar a otros. No le gusta hablar a una cámara, piensa que en realidad habla para alguien al otro lado de la cámara. Él nos dice: “puedes hacer surgir lo mejor en otro y de ahí vendrá aparejado lo mejor en ti”. Me gusta mucho cómo agrega al otro en su discurso que también me estaba resultando hueco sin su presencia. Pensé en el concepto que trabajé en mi libro Tu horizonte en mí, publicado y disponible en Amazon. Es ese concepto de hacer surgir en el otro su “Yo ideal” y plantearnos cada vez más sus aspiraciones como prioritarias y más importantes que las nuestras. Como mujer, en una familia de corte muy tradicional, me casaron, y ahí terminó mi beca por estudiar de tiempo completo para formarme como investigadora. Siempre di clases de pintura a niños y de francés y mi ingreso era muy poco y muy poco valorado en mi medio. Me ha costado mucho la parte económica y hago enormes esfuerzos ya divorciada por comprender el mundo material y valoro mucho estas ideas. Sí pienso que caemos en el error en nuestras sociedades de no poner el horizonte de desarrollo del otro antes que el nuestro como objetivo desde muy temprana edad. Desde pequeños el dulce y el juego son primero para el yo que se torna insaciable. Espero podamos revertir estos procesos y tomar en cuenta lo que dice esta valiosa entrevista.


Abrir nuestros alcances y compartir la luz

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