Dice Job en 23:13, Pero Él lo decide, ¿y quién puede disuadirle? Y lo que Su alma desea, eso va a hacer… temo su presencia… Por cuanto no quedé destruido ante las tinieblas, ni Él ocultó las espesas tinieblas de mi rostro.
Job ha sido fiel y no comprende porque lo que le está asignado continúa, debilitado y desconcertado, el miedo lo paraliza. Queremos siempre ser liberados, ser redimidos y que lo bueno continúe. La dualidad permanece en todos los momentos de la vida. Comprender y aceptar las propias pruebas siempre ayuda. En especial necesitamos fuerzas para sobrepasarlas. La vida no da reposos, son los asignados. Pero sí hay cambios en todo porque existe la teshuba, las pruebas pueden terminar antes de tiempo y las fuerzas aumentar. Repensar, reflexionar, ordenar y explotar mejor los propios recursos. Darle la vuelta a la negatividad exterior, independientemente de lo que nos esté asignado. Parece que tenemos margen de acción, quizás se trata de eficientar nuestros procesos y enfrentar con calma nuestras pruebas, con mueva fe, sabiendo que pasamos justo lo que nos corresponde a cada instante en contante movimiento y reasignación de acuerdo con nuestros actos.
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