Génesis 22:1, Y aconteció después de estos sucesos que Dios puso a prueba a Abraham y le dijo: « ¡Abraham! ». Y le contestó: « Heme aquí ». Y le dijo Dios: « Toma ahora a tu hijo Isaac, tú único hijo, a quien amas y vete a la tierra de Moria y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que te indicaré ».
Esta prueba me impresiona demasiado y no me la explico, sólo que fuera tan fuerte el llamado divino que Abraham ni siquiera decide, más bien cumple con fe lo que tiene que hacer y nada cuestiona, lo lleva a cabo sin chistar. Con la proporción guardada, creo que hay pruebas que son tan fuertes que en realidad no las cuestionamos, las cumplimos y punto. No hay decisión porque es más bien hacerles frente con fuerza, porque por más duras que sean vienen con gran claridad y sabemos exacto lo que debemos hacer y no parece ni haber tiempo de pasar por la razón para actuar.
Por eso quizás rezamos por misericordia divina para que nuestras pruebas no sean tan duras. ¿Y aquí dónde se encontrará el libre albedrío? ¿Hay decisión? Aún no me queda claro en los casos tan extremos. Incluso la actitud en ciertas circunstancias parece venir motivada por fuerzas superiores, distintos niveles de vida, como en emergencias que aumentan nuestras fuerzas y velocidad de respuesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario