El ejemplo de Israel debe construirse para el mundo, lograr el encuentro real y profundo en un sólo corazón más allá de toda opinión y desacuerdo porque antes que todo somos humanos con solidaridad, con sensibilidad despierta, rehenes de todo otro como nos dice Levinas, el otro va primero y nada importan las opiniones, importan los corazones.
El rey David le canta al templo por venir, es ahí la unión de toda la humanidad en un sólo corazón con la energía divina abrazando la faz de la tierra en el tercer templo
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