Grace Nehmad

martes, 6 de julio de 2021

Pascal y el divertissement, volver al otro y limitarlo al mínimo



 

Es actual y contemporáneo este concepto que nos aleja de nuestro objetivo de vida: tele, deporte, juegos, zooms incluso culturales, son males modernos que nos alejan de nuestra verdadera tarea en este mundo. Pero no es sólo de hoy este exceso, este problema, necesario y superficial, mantener al pueblo entretenido pero nos evade. No sabemos descansar en un cuarto dice Pascal en un descanso que se opone a la agitación, ausencia del alma. Habitamos un mundo en transformación constante. No debemos escapar del movimiento, pero hay interacción. El espíritu nos mueve y muchos no pueden alcanzar el vacío mental. El cuerpo se desocupa y ponemos en acción al espíritu. Completamos tareas y seguimos, conscientes de movimiento y no. El pensamiento no es necesario cuando el cuerpo se mueve. Cuando el cuerpo se detiene, se buscan ocupaciones mentales. La vida no es eterna y las carencias nos mueven a la acción. Vivir para un día morir nos desgarra y es la angustia del absurdo del hombre. Realizar y morir suena absurdo, pero aunque no viviremos, dejaremos para otros y ahí debemos de limitar ese divertirse que desvía la angustia de la muerte. Olvidamos lo que somos. Somos mortales y no debemos olvidar. Estamos en camino hacia la muerte y no se vale olvidar y no cumplir nuestra misión en la tierra dice Levinas. Por eso desconfía del arte que puede evadirnos. No vinimos a eso. Es parte de la vida ese desfase de diversión pero podemos limitarla. Limitar es buscar métodos sanos de reposo como la meditación o relación.

Entre el reposo y la acción escojo la acción para godo otro y mi descanso es meditación enfocada en la futura acción 

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