Mi corazón me exige sostén y curación porque cerca resiente el dolor de muchos que necesitan ayuda.
La vida los dejó sin respuestas.
Los niños en cambio habitan el planeta diferente.
Juegan alegres, inventan y reinventan.
Se sueñan de mil maneras y nutren
al planeta, todo lo sanan.
Expanden sueños.
¿Qué han perdido los adultos con su seriedad?
La belleza de la vida y sus colores.
¿Cómo regresamos a ese lugar luminoso que sueña y expande los universos dorados del alma feliz y satisfecha con lo simple?
Lo simple es lo bello y humilde que expande las fronteras del ser y todo lo puede.
Franco y sincero juega y se nutre de amor.
Los niños son los cielos que nos faltan
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