Grace Nehmad

lunes, 25 de mayo de 2020

Un método de relexión interior para enfrentar el mundo en certeza


Descartes en nuestras reflexiones

      Hoy decidí revisar a Descartes y su pensamiento es fascinante. ¡Qué  gusto recuperarnlos inmersos en tanta dominación exterior para pensar! Interesante que se aferre al pensamiento racional y le dé tanta importancia al mundo onírico y que sus libros se llamen meditaciones. Creo que busca poner orden a sus reflexión y encontrar un método para aproximar la realidad. Me atraen sus búsquedas de la verdad, la certeza y no dudar, es padre del pensamiento moderno y no le gustan los filósofos y menos el mundo griego, pues quiere encontrar certeza como en el camino matemático. Dice que nada es verdadero hasta que lo compruebe yo y no debemos precipitarnos hasta encontrar ideas claras y distintas. Analizar si son verdaderas y hacerlas simples para después hacerlas complejas. Debemos repetir para ver que no olvidamos nada.

En las seis meditaciones expone todo su pensamiento. Se confina para meditar y en la primera meditación dice que es un fracaso pues no encuentra nada. Los sentidos engañan. No hay criterio para diferenciar entre sueño y vigilia. Las verdades matemáticas son confiables pero también se puede dudar de ellas. Una verdad indudable es que nadie me puede engañar de mis dudas y si dudo pienso y si pienso existo. Este método es premisa de la nueva filosofía. Yo soy una cosa pensante. Estoy solo. Dios es la causa de mi idea de infinito porque yo soy finito y no me pude crear a mi mismo. No tengo conocimiento perfecto.

Yo, Dios y el mundo somos sustancias porque existimos sin necesidad de nada externo. Descartes descubre la existencia de Dios y después sí dice que el mundo y el hombre dependen de Dios aunque son autónomos y entonces no son sustancias por completo independientes. Después se pregunta, ¿Si Dios es bueno por qué hay error? es cuando mi voluntad corre y quiero hacer juicios rápido y estiro a esos juicios más allá de mis posibilidades reales de pensamiento. Usa un método claro y por pasos para llegar a Dios. La idea de Dios no es inexistente y es garantía de mi conocimiento, Dios no es engañador y si sigo las reglas puedo confiar en lo sensible, en lo que la naturaleza me dice, hay certeza. Con este método dice Descartes, puedo estar seguro de estar despierto o dormido, de pensar y de existir.
EM1,EM2 y EM3, 1923, Laszlo Moholy-Nagy, MoMa.
Elegí esta pintura porque me hizo pensar en las tres sustancias y en nuestra manera de abstraer y ordenar nuestras aproximaciones a la verdad.

      De alguna manera Descartes tiene ya el embrión en su pensamiento del empirismo de Hume y del rechazo a ese extremo de Kant. Me atrae su necesidad de meditar para observar y hacer sus deducciones, es inspirador. Tendemos a depender del mundo exterior cada vez más, de máquinas que nos digan lo verdadero y la certeza está dentro de nosotros, pero claro, está, en un pensamiento ordenado y paciente, que no corre para hacer juicios.

      En un mundo veloz, tendemos a las opiniones rápidas y sin fundamento, sin pasarlas si quiera por un filtro mínimo de reflexión. Ahora con tantas noticias falsas, regresar a Descartes parece central, confiar en nosotros mismos y tener un método claro y paciente para llegar a la certeza y de ahí actuar con seguridad dentro de lo que cabe ya que en última instancia la seguridad total no existe y todo puede suceder. Pero el apegarnos a métodos de reflexión paciente nos ayudará a dar más y mejor, a saber lo que el otro necesita de mí y asistirlo.

      Recorrí el camino de los números en los análisis poblaciones y la tendencia ha sido a regresar al sujeto para dar el sentido adecuado a los números. Me parece que por más que avancemos en tecnología y en el uso de ella, la certeza seguirá estando dentro de nosotros y debemos educar nuestra manera de reflexionar. Finalmente, nosotros, dentro, decidiremos dentro de lo que cabe y somos llamados a decidir, dotados de libre albedrío.

      La tendencia ha sido a llenarnos de números para validarnos y los números son nuestra herramienta, no al revés. Caminar la vida buscando certezas con un método aplicado desde dentro y en paciencia creo que es importante en un mundo acelerado e impredecible me parece buena idea, sin olvidar claro está, que es para servir al otro y en su rostro descubrir el infinito que tanto extrañamos en nuestra finitud.

Tus formas te revelan sustancias
en la naturaleza, en tu naturaleza
divina reflejada en el rostro del otro.

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