Grace Nehmad

domingo, 3 de mayo de 2020

Un domingo en la tierra


Un domingo que se esfuerza por ser luminoso

      A menudo despertamos con grandes ánimos, con ganas de hacer juego con un día asoleado de primavera y las interferencias en las relaciones con varios otros todo lo sacuden. Se trata de regresar al centro y continuar. La vida es ante todo, continuar pero existen muchas maneras de continuar. Primero, esforzarme por seguir con mi plan de trabajo del día en paz, segundo, no por ello dejar de atender los signos que manifiestan problemas ocultos no hablados. Y es que de esos hay muchos. Puede ser que alguien te hable dulcemente y dentro oculta temas vencidos de tan atorados en su relación contigo. Espero que todos logremos prificarnos y no aventarle al otro los propios problemas, esta pandemia ataca a la gente por dentro y por fuera y ello incide en toas las personas, en todas las relaciones.

      Por eso siempre he creído en la transmutación de todos los sentimientos negativos para llenarlos de color y fuerza. Se trata de abrir las tempestades en lugar de ocultarlas. Desde ahí, la creatividad aflora e ilumna a otros en el camino. Se sanan las heridas.

William Turner, Tormenta de nieve sobre el mar (1842)



El mundo de Turner no es apacible, es luminoso pero en movimiento, sacude dentro y fuera. Sería ideal canalizar nuestras tormentas en esta forma y sanarlas. También las energías positivas que desbordan los límites del planeta, es bueno darles un camino positivo.

¿Pero cómo escapar del dogmatismo, de la vieja vecindad que nos jala hacia ideas negativas anteriores que ya no son parte de nuestra realidad? En difícil libertad, nos dice Levinas:”…Israel no se define por oposición… Consiste más bien, en querer comprenderse con todos los hombres que se atan a la moral. Y me gusta volver a Levinas como eje central de mi existencia porque me habla del carácter imperecedero de la moral conntenida en la Torá y de la posibilidad de tomarla como guía luminosa en los tiempos que vivimos, quizás en cualquier tiempo terrenal que tienen mucho de tempetad pero la guía me ayuda a encauzarla y a que no pierda sentido su sacudida,

      Al alba del mundo nuevo, prosigue Levinas: “…el judaísmo tiene la consciencia de tener, por su permanencia en esta tierra, una función en la economía general del ser en donde nadie puede remplazarlo pues es más viejo que el mundo. La paciencia del judaísmo es posible que sea más necesaria mañana de lo que ha sido en el pasado”.

      Me gustan mucho estas convicciones de Levinas, y acaricio esta idea de servir con nuestra Torá más en el futuro, libres ya de las agresiones que hemos recibido como pueblo en el pasado y uniendo voces y fuerzas, sabiendo lo que aporta lo nuestro al mundo y cómo se inserta en las diferentes influencias y pensadores de formaciones diversas que se han desarrollado en el planeta.


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