Grace Nehmad

viernes, 8 de mayo de 2020

Lo sagrado en Levinas y aplicarlo a cada paso de nuestra vida, adaptando su mensaje a nuestra actualidad




Lo sagrado para Levinas

Lo sagrado sería escuchar profundamente lo que pasa, aceptarnos imperfectos y aceptar la angustia propia de la existencia sin por eso huirle ni dejar de enfrentarla. Levinas dice que no queremos aguantar la angustia de sabernos incompletos ni enfrentar la entrelínea que dice mucho y sugiere de diferentes maneras en un grito ahogado pide ayuda sin decirlo directamente.

En tiempos de crisis lo sagrado para Levinas entonces no se encuentra en un retiro espiritual, sino en la mirada del otro que nos aproxima a Dios y nos lleva a la acción. Escuchar a Levinas nos ayudaría a actuar más y mejor para ayudar a todo rostro que se acerca a nosotros.

Lo sagrado sería atrevernos a mirar su alma y descifrar sus necesidades reales y no de las que se queja y trata de explicar una y otra vez. No ponemos atención. Escuchar es ser capaces de hablar menos para penetrar la mirada del otro pues ya hemos hablado demasiado como hemos comido demasiado (Nehmad, 2019). Deberíamos centrarnos en cada momento en que en cada acto que hagamos construya un mejor futuro para todo otro. Estaría bien que esta manera de ser nos emanara de manera natural y sin tanta reflexión, ¿cómo ponernos en ese lugar sagrado que nos corresponde?

¿Acaso hemos sentido la elevación espiritual que da la simple escucha?

Lo sagrado se encuentra en el rostro del otro, en la posibilidad de abrirnos a él y asistir al otro que nos interpela, a Dios revelado en el rostro del otro.

Levinas En “De Dieu qui vient à l´idée” nos dice, “El sentido significa no sólo exclusivamente bajo la figura de significantes-cosas, signos, palabras- regresándonos a significados; el sentido significa, más antiguamente, a partir del rostro humano, como cuando decimos significar un orden u ordenar. ¡Significatividad original del rostro penetrando sin descanso sus formas plásticas y representadas que sin descanso se encierran en la voz silenciosa del mandamiento significado! Despertar y devoción suscitadas en busca de un yo liberado de sí mismo, liberado para el otro, aún si nos entercamos en entenderlo como representación y conciencia de sí” (Levinas, 1992).

Vemos cómo comprender profundamente a Levinas es una tarea retadora. Sin embargo, considero importante aterrizar sus conceptos que parecen inaccesibles para tratar de practicar lo que propone. No es descabellado ni impracticable. Lo más seguro es que nos evadimos para no evolucionar hacia el nivel de conciencia elevado que nos invita a experimentar en libertad (aceptando la angustia del libre albedrío), acercándonos al otro que no es más que reflejo del Rostro divino.

René Magritte, faux miroir, 1934, MoMa.
      
Se trata de dar sentido a los significados a partir del rostro que nos interpela para asistirlo y cumplir con nuestra misión existencial. En esta pintura veo reinterpretándola el infinito que me abre la mirada del otro. Es sólo en la oportunidad de ayudar al otro que conseguiremos realizarnos y en realidad si nos abriéramos a la propuesta levinasiana, seríamos los más egoístas y a la vez, los más altruistas formando el Uno que vinimos a materializar.

Lo sagrado no es evadirse a una cueva perdida, es aceptar las limitaciones terrenales del cuerpo y la angustia que deriva de enfrentar la dimensión terrenal de la existencia y estar presentes. Ser nosotros mismos y no cubrirnos de máscaras evasivas.

Para Levinas “Ser verdaderamente sí mismo no es retomar el vuelo fuera de las limitaciones, siempre extranjeras a la libertad del Yo; por el contrario, tomar conciencia del encadenamiento ineluctable, único de nuestro cuerpo; es sobre todo aceptar este encadenamiento…” (Levinas, 1982, p51).

En el encuentro con las propias limitaciones encontramos que el vuelo real está en el infinito del rostro de todo otro. Lo sagrado es este infinito, es el otro. Ese rostro me permite pues liberarme, elevarme y encontrar lo sagrado. Para Levinas la crisis estuvo representada por la shoah, para cada uno de nosotros por diferentes aspectos a nivel micro y macro que ya no logran sostenerse y amenazan con destruir el planeta y a toda forma de vida de diferentes maneras. Levinas nos ayuda a ejercitar nuestra escucha y revertir estos procesos.

El estudio de las escrituras para Levinas es también un encuentro cara a cara con todo otro pues así fue para Moisés con Dios. El encuentro cara a cara de Moisés con Dios significa que discípulo y maestro se inclinaron los dos hacia la misma lección talmúdica, dicen los sabios (Levinas, 1963 y 1976, p54).

Vemos aquí nuevamente ese encuentro con el Rostro divino que bien podría ser el de cualquier persona con el rostro del otro y en este caso a través del estudio de un texto, quizá también entendido como otro por excelencia, como un tercero mediador, como puente.

Nos dice Levinas en Difícil libertad: “Los ángeles protestan cerca de Dios: ¿Vas a dar agua a Agar y a Ismael, ese que después hará sufrir a Israel? ¿Qué importa el fin de la historia? Dice el Eterno. Yo juzgo a cada uno por lo que es y no por lo que devendrá. La eternidad del pueblo judío no es el orgullo de un nacionalismo exacerbado por las persecuciones” (Levinas, 1963 y 1976, p 302). Estar presentes en cada momento es lo que se nos pide para elevarnos, la santidad es presencia, minuto a minuto, es dar y actuar en consecuencia a cada instante de nuestras vidas sin la evasión que nos acecha. Nos perdemos en cualquier distracción para que el tiempo pase sin nosotros dentro. Después, pasan los años y notamos que no estuvimos presentes para asistir al otro.

Desprende de ello Levinas:

“La independencia de la historia afirma su derecho que posee la conciencia humana de juzgar un mundo maduro en todo momento para el juicio, antes del fin de la historia e independientemente de este fin, es decir, un mundo poblado de personas”. Las personas son rostros con infinitos dentro no encasillables (Levinas, 1963 y 1976).

Ser judío es entonces para Levinas ser persona ética que regresa a las escrituras para comprender el mensaje divino ético y actuar de acuerdo con él. En el rostro del otro podemos encontrar su necesidad de agua y dar sin importar lo que fue o lo que será. Dar porque es lo correcto. Lo sagrado es lo correcto. Ese acto simple nos elevará en todo momento. ¿Cómo llegamos a ese acto manifestado de dar y saber qué dar y cómo darlo? Para Levinas, en primer término, debemos escuchar, pero aprender a escuchar profundamente no es tarea sencilla y de ahí, ser capaces de asistir y asistir adecuadamente nos obliga a estudiar y entender qué es el bien y cómo hacerlo posible para todo otro.

No es ni siquiera lo que el otro dice necesitar necesariamente lo que debemos darle, es darle lo que sabemos que le hará bien. Se trata también de someterse al juicio de un tercero en todo momento para volver a cuestionar nuestra ayuda y evaluarla, lograr realizarla mejor, de manera menos egoísta a cada paso.

Levinas nos propone acercarnos a lo sagrado de otra manera, elevando la mundana terrenalidad existencial a través de la mirada del otro y actuando para asistirlo. Ello se traduce en estos momentos de pandemia en particular en quedarse en casa y estar con la familia nuclear aprovechando dicha convivencia y acercamiento para pulir relaciones. También podemos aprovechar los intercambios virtuales y los momentos de pausa para repensar nuestra acción más consciente y dadivosa en el planeta.


Luz en el otro,
Luz para otros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario