Grace Nehmad

domingo, 17 de mayo de 2020

Trascendencia y buscar la perla


Diálogos de Platón y la muerte de Sócrates,

nuestro trabajo en la tierra y del otro lado

      Hoy me tardé un poco más que lo habitual para llegar a la computadora y ya estoy lista para aterrizar estas ideas que me acechan desde el fin de semana. Disfruto mucho mi shabat, me da oportunidad de leer y reflexionar de otra manera. Estuve feliz leyendo los diálogos de Platón entre otros textos, por ejemplo, Difícil libertad de Levinas. Levinas está siempre conmigo, desde que entré en forma en mi camino de filosofía, leo y releo sus libros, es parte central de mi investigación en filosofía y ahora reviso ciertas obras fundamentales para presentar un examen en el doctorado en filosofía que quiero estudiar, pues estudié ciencias sociales y para la maestría cambié de rumbo hacia la filosofía como parte central en mi trabajo como pintora y poeta.  

      Entonces, leía que Platón quería dejar registro a las generaciones por venir de la muerte de su maestro, Sócrates. El diálogo está escrito de una manera increíble y sus reflexiones me impactan. A través del diálogo, Platón nos va mostrando sus deducciones lógicas y sus diálogos después de La República ya se van independizando de la influencia de su maestro. Relata cómo le dan el veneno a Sócrates y se le va durmiendo el cuerpo, también por qué Sócrates decide asumir su muerte dignamente y cómo piensa que debe estar alegre, pues como filósofo se supone que llegará a un lugar mejor, libre de las limitaciones y ataduras del cuerpo. Desde la razón suena bien, pero fuera del suicidio, la mayoría de la población en esa tierra no quiere morir y el miedo siempre está presente pues no sabemos lo que hay después de la muerte aunque tengamos creencias diferentes al respecto y eso ayude o dé más miedo. Resalta la necesidad de Platón de dejar testimonio. Y entonces, estuve reflexionando sobre mi necesidad de transmitir lo que hago, sobre mi camino y el camino de colegas. Todos queremos ayudar, escribimos y hacemos arte de diferentes maneras, somos religiosos o no, tengo en mi repertorio de colegas gente muy diversa. Queremos compartir y transmitir y vivimos de diferentes maneras pero creo que hasta ahora que cumplí cincuenta años empiezo a pensar en la idea de escribir para otro tiempo.

      Pensaba en lograr compartir todos mis libros para mi tiempo de vida y recién pensé ¿y si también fueran para otro tiempo? Levinas me acompaña como si fuera el más importante maestro de mi vida. Une el conocimiento de la filosofía occidental con el conocimiento talmúdico y es mi búsqueda de vida. Mientras esté yo en la tierra quiero acercarme a todo otro y asistirlo como él propone. Quiero lograr preocuparme por él y no por mí, ¡somos tan egoístas! Y luego estuve pensando en mis colegas, en las veces en las cuáles no he comulgado con su trabajo y he optado por callarme y apoyar su camino. Pensé entonces en Levinas, en la crítica fuerte que hace a Claudel en Difícil libertad, ¿es importante criticar y oponerse así? Creo que he buscado estar cerca de las personas que quiero y aceptar y seguir sus búsquedas al tiempo que construyo y comparto mi propia obra. Pero a veces es difícil no oponerse cuando ello empaña el mensaje de la propia obra, son encrucijadas que retan.

      Desear la muerte como parte de la superación personal está más difícil, asumirla de la mejor manera cuando toca, pues ojalá. Pensar en el más allá, en sus misterios y promesas, me ha gustado siempre, en especial, ensoñar y tratar de traer otras dimensiones más elevadas a este plano. Estoy muy enfocada en el instante y en la disciplina que con el oficio va consiguiendo una mejor obra en el instante y también por qué no, una mejor manera de enfrentar la propia vida, el destino, quizás influir en mejorarlo, no lo sabemos. Desde el punto de vista del judaísmo es hacer buenas acciones en este plano y elevarse así en el otro mundo. Yo creo en mi judaísmo y trato de aplicarlo de la mejor manera. ¡Moshé sí que escribió para la posteridad! Y después de tantos sabios, ¿qué podremos humildemente agregar? En general, más bien nada, ya todo está dicho, pero quizás Dios ponga en nuestras manos una perla que abra algo muy bello para otros.


Las espigadoras, jean françois Millet, 1857
      Así, veo que lo que he hecho está bonito y alegra y ayuda, pues me sigo y sigo buscando esa perla y como quizás Dios me escoje para compartirla debo preocuparme por canalizar mi obra y dejarla disponible. Quiero ver más, tener más conciencia y vivir mejor, más en paz y transmitir lo creado a otros, también nuevas soluciones encontradas en el camino. Quiero la redención, pues la enfermedad y muerte son terribles y comprendemos muy poco sobre las causas y consecuencias de nuestra existencia, vivimos de manera dual. Hasta ahora así es este plano. Tampoco me gustan las desigualdades que producen mucho dolor en el planeta. Espero contribuir a elevar la conciencia y responsabilidad a todo otro, al planeta en el que vivimos. Quiero mejorar mis vínculos cercanos, dar mucho, dar más y mejor para ayudar a nuestra sanación. Quiero estar presente y disponible para atender a todo otro. Compartir la propia obra es más que nada escuchar y atender el camino del otro.

Aumentar en conciencia,
encontrar la perla,
compartirla.
Mi paisaje interior
promete revelar misterios.

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