Grace Nehmad

viernes, 22 de mayo de 2020

Ser una dentro y fuera, en el rostro y responderle en paz

Esta semana se fue volando, creo que todas últimamente o así se ha hecho el tiempo en la tierra, cada vez más veloz. Ya ni el confinamiento por la pandemia nos lo hace más despacio. Me ha costado mucho trabajo mi repaso de filosofía, me reta poner en el papel lo que cada autor me revela. Por las tardes ya estoy más relajada y puedo disfrutar más mi pintura y poesía, mi canto y mi piano, mi ejercicio y lecturas, aunque en general mis días caminan presionados cumpliendo todas mis actividades programadas. Mi disciplina es absoluta y no acepta medias tintas. Por eso cuando llega shabat, descanso de toda esta presión. Claro que cuanto hago amo, que me maravillo de cada nueva creación y me urge compartirlas todas, pero sí avanzo contra reloj. Sé que debo superar mi estado presionado existencial y trabajo en ello. En general sí me siento más acomodada en mi existencia ahora, más dueña de mí. He hecho un largo camino de trabajo interior y aceptación, de buscar empatar mi interior y mi exterior y ser una, congruente, clara y con una dirección de vida como la soñada desde mi juventud pero ya más sólida y madura. Sí voy sintiendo unirse mis partes y embonar y eso es muy bueno. Puedo empezar a respirar tranquila en ese sentido y ahora queda limar la presión cotidiana y seguir buscando responder a todas las metas que me he planteado.

Soy la que se prepara
para recibir la Torá.
Me construyo nueva, 
yo, en el rostro
 iluminado de todo otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario