Grace Nehmad

jueves, 28 de mayo de 2020

Mi semana de retos

Hoy es un día apresurado porque es la fiesta de shabúot, de la recepción de la Torá que comienza al rato y toda la semana se presiona y acorta por esa razón. Estoy aquí y ya quiero estar allá. Pero la verdad que fue una semana intensa que me ayudó a superar varios problemas estancados en el centro de mi ser que no me dejaban avanzar. Pude verme con una mirada más positiva de mí misma y aceptar mi recorrido tan diverso y cambiante y aceptar también que asumirlo hacia afuera es importante. Quiero decir con ello que quizás no me comprenderán y seré criticada pero no debo de afligirme por ello. Ser criticada asusta porque tiene implicaciones en la vida práctica y temo por mí y por mi hijo, pero debo tener fe porque todo ha estado bien a pesar de mis diferencias que se hacen más notorias en la comunidad muy amorosa pero muy cerrada en la que vivo y que a menudo también me castiga de distintas maneras. Ya no voy a ilusionarme con que ello cambiará, lo aceptaré así y quizás un día finalmente sí cambie. A nivel exterior, la pandemia está pesada y nos mantiene asustados y confinados. Ello añadió malestares esta semana en el cotidiano de todo humano. La incertidumbre es intensa y se suma a la individual. Pero hice un programa de meditación diferente que me ha ayudado mucho. Pienso que la fuerza y certeza debemos encontrarlas dentro.  Es lo que nos permitirá levantarnos con alegría por las mañanas y festejar la vida y yo ahora yo me preparo así para recibir la luz de la Torá y compartirla.

¡Estoy contenta!
Me preparo para recibir la Torá.
Ya no viviré perdida y sin esperanza.
En su luz me sé protegida e iluminada
para enfrentar toda prueba existencial
y correr a asistir a todo otro en el camino.

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