Grace Nehmad

viernes, 1 de mayo de 2020

Nuestros origenes según Anaximandro




Hoy desperté con ciertas inquietudes que rondan mi mente desde hace tiempo, pero reavivadas, ¿cómo se casa el mundo exterior con el interior? ¿cómo podemos abandonar la necesidad de justificar nuestras acciones ante la mirada castigadora del ojo exterior, a menudo castigador? ¿el ojo aquel es exterior realmente o lo tenemos ya introyectado? Si nos han repetido mucho no sirves para nada es posible que aunque ya no esté presente la persona que nos castigó así, su voz persista dentro de nosotros. Para elevarme ante esos discursos del pasado, me gusta en particular estudiar y llenarme de ideas luminosas que me conectan con mi verdadero origen y no con experiencias pasajeras.

René Magritte, El espejo falso, 1928.

Así, he estado reflexionando sobre el pensamiento de Anaximandro quien desarrolló descrubrimientos importantes para la filosofía después de Hesiodo. Él habló de un origen ya no como Arché del que habló Hesiodo, sino que contenía los 4 elementos: aire, fuego, agua y viento y no era sólo una de estas partes y era indefinido e informe, concepto que llamó Apeiron que quizá Hesiodo conceptualizó como caos. Anaximandro ya se abre a mundos y dimensiones anteriores y me gusta que habla de la posibilidad de materializar a partir de ese infinito, él introduce la idea de que lo posible es anterior a lo real. Él habla también de opuestos, justicia e injusticia y en este sentido introduce la idea de movimiento. Pensar en los orígenes me ayuda a reconceptualizar mi cotidiano.
Vuelas paisajes 
desconocidos, signo,
luz en tus alas.

      Ser más realista me ayuda pues ¿qué es realmente posible de los sueños que quiero alcanzar? y ¿cómo puedo comenzar paso a paso a materializarlos abriendo mi mente a los infinitos de donde provengo y a la posibilidad de ordenar el caos y tornarlo luz anterior? Dicha luz puede empujar mis actos buscando siempre movilidad apoyada en la justicia.

      Si esta semana leemos la porción de la Torá que habla de ser santos como Dios es santo, uno estas ideas y trato de elevarme y discernir en los opuestos para materializar desde la posibilidad y lograr actos que empujen nuestra movilidad como humanidad en una justicia más elevada.




Okeeffe abstracción azul 1927.

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