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 Hoy regresamos de La Paz y fue un viaje familiar muy hermoso. Me encanta viajar en familia. Compartimos espacios muy agradables y siempre

tengo los propios con mi pintura y mis letras y todas mis actividades tan bonitas que me ha regalado la vida, como despertar antes del amanecer y rezar y meditar y cantar y bailar y nadar y hacer mi yoga y chi kung. Si no realizo mis actividades cotidianas siento que fue un día perdido. A pesar de todo ésto tan bonito no todo son regalos en la existencia y se viven pérdidas importantes y la vida es dual. El mundo está plagado de violencia y todos quieren controlarlo todo y dominar, no se trata de eso la vida. La vida se trata, creo yo, de vivirla en amor y agradecerla, de compartir y expresar en libertad. Mis padres son muy bonitos y me cuidan y compartimos la vida en alegría, con mucho amor, a pesar de que me comprenden poco y saben poco del ser pintor y poeta que soy, pero por ejemplo, creen que si algo me sale bien es por su intervención y si me sale mal, es por no haberles hecho caso… Me parece que es muy soberbio este comportamiento y la mayoría de la gente es así, ¿por qué? Es muy egocéntrico. Lo bonito de poder estar juntos es compartir e intercambiar opiniones. Me gusta saber cómo miran algo y ser libre de verlo diferente. Me gusta poder decir me gusta o no me gusta por ésto y aquéllo. Y saber sus opiniones, no quiero sus sermones, ni los de nadie, sí quiero el: “Yo le  hago así o yo pienso así”, ¿para qué desgastar la vida y las relaciones con el egocentrismo y el endoctrinamiento que al final nadie escucha? Este año que comienza en breve, el 2024, quiero seguir como voy y desarrollar mi trabajo en esta tierra y compartirlo con más fuerza y amor a cada paso, ser más segura y soltar la falta de claridad, ser la que vine a ser con más seguridad y sinceridad, en libertad. Quiero ser valorada y darme a respetar pues cuanto he hecho y desarrollado va bien y es lo que busco y es pulirlo y seguirle con alegría.

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