Materializar

 El recuerdo puede anhelar a tiempos que se completen y no se han completado. Queremos recordar para completar fragmentos dice Bloch. Pensar en historias que podían haber sido distintas y sí lograr destinos más brillantes y son excedentes para Bloch que no fueron completados y podemos completar, rectificar, es una apertura al futuro sin preocupaciones. Es una apertura al otro, a que venga a nosotros a su manera. Se parece a la idea de rectificar del judaísmo como un proceso redentor. Sería como dice Walter Benjamin, recordar para regresar a lo que no tuvo lugar y hacerlo posible. También se puede pensar en la muerte como la posibilidad de reconstruir a partir de ella. Pero sería buscar en el pasado de otra manera y no con culpabilidad, en una dinámica del recuerdo. Si comparamos esta dinámica en la concepción griega y la judía, parece que en el judaísmo hay huecos que empujan a la narración y nunca logran desprenderse hacia lo completo, hay complejidad y fragmentación. No hay verdadero retorno tampoco en Ulises. Las carencias y deseos incompletos nos dan nostalgia y se cortan las columnas. Debemos buscar la transformación concreta atacando la angustia. La esperanza es un afecto que eleva a los hombres y no los devalúa. Al reeditar con un nuevo prefacio puede cambiar por completo el texto y se abren nuevas posibilidades a nosotros. Pienso que podemos reeditarnos y recrearnos a partir de recuerdos y experiencias y es verdad, es determinante atacar a la angustia en todo momento. Materializar el momento entre el sueño y la realidad se logra mucho en el arte que se convierte en puente hacia mundos alternativos, aspiraciones en proyección. La idea es traer ese arte a una materialización positiva que empuje nuestro desarrollo.

Materializar nuestro estado de ensoñación en amor