Hoy retorné. Años de estar fuera del taller de Gilberto. Dibujar con la modelo fue como regresar a casa. Nunca lo hubiera creído que me iba reencontrar con ello esta mañana. Es totalmente un milagro. He estado con una sensación de vivir perdida. No sé si sentarme a llorar o a sonreír con más fuerzas y más luz. Siento que regreso de un viaje de recorridos para regresar al origen y no lo puedo creer. Tampoco comprendo lo que me regresó. Menos comprendo cómo sucedió ni por qué la vida me ahorró la pérdida de mi maestro, de hecho también de mi primer maestro de dibujo con modelo. Ahora regreso y ya resolví mi camino con las letras y su combinación con la pintura. Todas mis andanzas y búsquedas me han sido centrales pero parece como que la obra me lleva y decide lo que necesita para decirse con gran precisión. Han sido tiempos de gran incertidumbre y soledad. El plan parece realizado con anticipación, antes de bajar a este plano terrenal. Los rostros que encontraré, los guías y apoyos. Ahora me siento tranquila, a menudo he caminado muy solitaria e incomprendida. ¿Por qué no me comprenden y tratan de enredarme con sus historias y no me dejan trabajar en paz? Estoy rodeada de gente muy linda pero manipulan mucho y no respetan tiempos y espacios, invaden mucho. Pienso en mi hijo, ¿Se sentirá así invadido por mí? Me quiere y sostiene y se sabe contenido por mí pero en la práctica me evade mucho, quiere poco mis palabras y sólo verme en grupo, en la familia, como si a solas lo enredo o llevo a lugares que no quiere visitar. Debo resolver todo ésto y darle su espacio, dejarlo crecer y desarrollarse feliz en su camino que es muy diferente al mío. Soy muy diferente y debo lograr respeto y límites, es posible y avanzar juntos pero separados hacia nuestra evolución.
Hacia la integración en evolución
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