Las relaciones horizontales se multiplican y de todas maneras el jefe es importante. Hoy necesitamos individuos y colectivos. Pero hay verticalidad y quizás es una ilusión pensar que se puede lograr un autogobierno. Necesitamos profetas y los queremos gobernantes, maestros y guías que sean líderes de gobierno. Pero hoy contradicciones prácticas entre el saber y la profecía, entre lo político y su gobernante, y el maestro. Parece que son aspiraciones y debemos aceptar nuestras sociedades fragmentadas y no por ello dejar de proyectar y encaminarnos hacia la posibilidad de casi un autogobierno, de relaciones igualitarias y de respeto que desarrollen lo individual y colectivo en respeto, asumiendo lo propio y sumando en acción. Es importante aspirar a la sabiduría y también a la profecía, en acción conjunta y con aspiraciones elevadas que nos impulsen hacia un mundo mejor.
Unir nuestro cuerpo y aloma, interior y exterior, caminar juntos aspirando y construyendo
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