De vacaciones y pronto termina el año. Me repienso. Quiero vibrar diferente pues estoy cansada de muchos temas en mi vida que me quieren limitar. Quiero pasar a una etapa nueva que me describa mejor y pula la que vine a ser para entregarme a la vida en amor y compatir mis dones al mundo. No me gusta leerme desde lo que parece un fracaso como mi divorcio pues me ha abierto muchas puertas y ha completado partes centrales de la que vine a ser. Claro que creímos unirnos para siempre y apostamos a nuestro amor. No fue lo esperado y nos reacomodamis frente a la vida con nuevas esperanzas intentando leernos de manera creativa. Somos residuales por divorciarnos en nuestra comunidad tan cerrada y eso ya nadie nos lo puede quitar. Menos si no he logrado una nueva pareja. Así sucedió y la obra en cambio, crece y se supera y logra evolucionar en caminos insospechados. Quiero para ella las cosas bonitas, los caminos que le soñé y por lo que he trabajado con fuerza, en lo que creo. La miro tan especial, tan espiritual, tan meticulosamente trabajada que no alcanzo a comprender por qué no es más fácil su camino material. Tampoco comprendo tanta sensación de soledad ni tanta carencia en el mundo ni tantos intentos míos quebrados. Y todo está bien. Es sólo continuar mi cotidiano amorosamente y esperar lo mejor porque todo es para bien y mejor siempre. La fe mueve montañas. Es aclarar objetivos para este nuevo año y seguir.
Reencontrar equilibrios desde el ombligo
No hay comentarios:
Publicar un comentario