En proximidad nos abrimos a todo otro para acariciarlo sin etiquetarlo. Le damos un significado nuevo al significante que nos interpela, libres de toda dominación. Somos para en las palabras que aunque sean las mismas, adquieran un nuevo sentido en el instante dos del otro, tiempo del otro. Somos nuevos bajo su mirada redefinidos y con nueva vida para servirle en todo momento.
Somos luna nueva para el otro
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