Perek 2, Mishná 5
El solía decir: El inculto no teme al pecado, el ignorante no puede ser piadoso, el vergonzoso no aprende, el quisquilloso no enseña, y no todo aquel que se dedica de lleno al comercio puede instruirse; y en un lugar donde no hay hombres, esfuérzate en ser hombre.
¡Tantos defectos tenemos! Tratar de mejorar y de hacer una diferencia, tratar de servir más y mejor al rostro de todo otro que nos interpela. Pulirnos.
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