Grace Nehmad

martes, 12 de abril de 2022

Lacan y Levinas y el otro

 

Lacan escribe barroco dice él mismo. Su pensamiento es profundo. Estudió medicina y psiquiatría. El ego es inestable para Lacan y hace una interpretación estructuralista de los estudios de Freud. Habla del espejo. El bebé se reconoce en el espejo. En la imagen del espejo te reconoces, pero es mejor que tú mismo. Es una dialéctica de la imagen en el registro imaginario, no es lo que Es, lo alienamos. Como sujeto te haces objeto al verte y te alienas. Hay diferencias entre la a como imagen y la A mayúscula, es el otro que ves y es superior a ti, deseas ser éste, pero no lo eres y por eso somos neuróticos porque somos carencia y pérdida de lo que nunca tuvimos. El hueco está ahí y el deseo jamás se satisface. Nos pasamos la vida satisfaciendo un deseo de lo que nunca fuimos, esa A mayúscula. Estas interpretaciones son simbólicas. El gran A es el lugar de la palabra y el saber que el sujeto no es. El lenguaje te habla y tú no eres, nunca serás sujeto, eres objeto. El significado es siempre diferido. Eres deseo y carencia de la pérdida de lo que nunca tuviste. En conclusión, somos neuróticos todos y necesitamos terapia, nos dice Lacan. El choque con lo real es constante. La realidad es para evitar enfrentarte a lo real. Te construyes tu realidad, se generan trastornos porque descubres que te estás mintiendo. El personaje sufre pérdidas y pega los trozos rotos. Vas desde el vacío oscuro hasta lo que sí ves. Lo real es mirar al abismo y que el abismo te devuelva su mirada. Por qué queremos estar en redes sociales y vernos, y ser felices.

El lenguaje nos habla. Y está duro porque nos quieren definir y enmarcar desde afuera y sería de lo que huye Levinas, de las etiquetas. Existe algo en el otro y lo quiero controlar, dominar y así lo mato, nos diría Levinas. El otro no debe buscar enmarcarse, al contrario, debo abrirme a su misterio. Dejarme interpelar por él y asistirlo. Sabiendo que siempre soy incompleto, en constante movimiento. Buscar la totalidad, es buscar un paraíso perdido que nunca volverá. Pero el otro, ¿qué culpa tiene de nuestra carencia e incompletud? No se trata de buscar completar lel paraíso perdido en el otro. Las palabras no logran completar. Es aproximación a todo rostro para ayudarlo, nos diría Levinas. Con el ser amado la mirada cambia, la voz también y el sujeto proyecta sus deseos en el otro y no es abrirnos al misterio del otro. El hueco se busca llenar en el otro. Lacan decía que los objetos se buscan dominar, en golpes y violencia que aseguran su amor, es patología. El sujeto puede tener varios objetos que sean representados con violencia. Los cables se cruzan y  no buscar el placer en el lugar inadecuado diría Lacan y Levinas, diría que de plano toda búsqueda de deseo egoísta está errada desde la raíz y más vale corregirla.



A alguien le interesa atraparme es su ideal,  huyo. Mejor libero deseos ocultos y asisto a todo otro en amor 

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