Estoy en mi viaje a San Miguel de Allende ya bien instalada y muy feliz, en plena meditación de retorno, muy contenta con mis clases, redescubriendo la dirección de mi vida después de esta experiencia. Regreso a mi centro, a mis primeros pasos como artista. Mucho pasó en mi vida y mucho fracasó… Me quedaré con lo que marcha y es mi búsqueda más intensa en la tierra. No puedo continuar evadiendo mi verdadera profunda identidad de pintora. Necesito aceptarme y tomar riendas intensas en mi misión en esta tierra. Y tuve que regresar aquí porque es evidente que no me acepto y no sé cómo verle en el espejo y dejar inconscientemente de engañarme porque no es consciente lo que me pasa y es evidente que me aterra ser la que vine a ser y me escondo sin darme cuenta y me engaño. Mi esclerosis me hace un llamado fuere, enorme y ni así… Me vuelvo a esconder, me miento una vez más, para salir del paso, para pertenecer y no, ni siquiera funciona porque el mundo es muy mentirod’so y todos mentimos demasiado. ¡Basta! Es importante el retorno y leerme con nuevos ojos.
Camino hacia mi verdadero centro
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