Hoy el día estuvo muy bonito en San Miguel de Allende y como es domingo decidí ir al hotel Rosewood a pintar sus jardines ya que me dijeron mis padres que fuera a conocerlo. Estuvo hermoso y sí me impresioné de tanta elegancia y de los precios tan elevados de todo. Sí se siente como algo ajeno al resto de San Miguel de Allende y pues creo que es parte de lo turístico que da vida a lo demás. Supongo que es parte de las dualidades existenciales que hacen que nada cuadre. Son extremos que no deberían de ser. Supongo que debo conocer estos lugares pero me lo permito sólo poco, prefiero estudiar, rezar, pintar, hacer mis cosas sin ese tipo de exageraciones demasiado costosas. La pintura en estos hoteles tiene un lugar importante y los cuadros son enormes. Es obra buena normalmente, ¿qué decir de todo ésto? Son las condiciones materiales de la existencia. Me gustan esas grandes pinturas y lucen mucho en esos entornos y la terraza tenía una vista de San Miguel impresionante, conocerlo y mejor acercarme más a los museos.
Me dejé llevare en los jardines y fui feliz
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