Todo es relativo es una expresión del cotidiano que hemos heredado de los sofistas,
no hay verdades absolutas. Sócrates se oponía a esta idea y buscaba verdades
interiores superiores con una ética universal, también pensaba Kant así con su
imperativo categórico que nos lleva a tomar mejores decisiones desde una ética
común. Me parece que ambas ideas se complementan y nos permiten particularizar
y generalizar sin llegar a ser dogmáticos. No se trata de cerrarse y de mirar
sin altura ni apertura, debemos mirar sin etiquetar, pero también necesitamos valores estables y
universales; el orden y las reglas son necesarios. Todo cambia y a la
vez, mucho permanece. Al final se trata de lograr el justo medio aristotélico con el
otro al centro y nuevamente sin dejar de atendernos y ayudarnos a nosotros mismos. Debemos sanar dentro,
sanar al planeta, sanar a todo otro y en el camino a nosotros mismos, sin irnos a los extremos.
Somos un bello paisaje, dentro y fuera, en estética que es relativa y universal a la vez
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