Grace Nehmad

lunes, 18 de julio de 2022

Transformarse en signo

 

La alteridad del próximo, nos dice Levinas,  llama a la singularidad irremplazable que brilla en mí. No somos lo suficientemente pasivos, pero entonces, el ser se transforma en signo y significa antes que ser, es desinteresadamente de su esencia. El signo no se posa por el mismo y deja su plasticidad y función de signo al otro. El decir prolonga la pasividad a pesar de su actividad aparente. El único escogido me da una nueva identidad en un significado del infinito. Nos sustituimos al otro. El enigma del infinito con el decir en mí es responsabilidad donde nadie me asiste y se hace respuesta del infinito, respuesta donde todo me concierne y me señala. Entonces entro en los designios del infinito. Este compromiso se adquiere en la cercanía del rostro del otro para ser llamado a asistirlo.

Dali en Bellas artes

soy para el otro, en sus sueños y proyectos

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