Escher fue maestro de la geometría. En un
congreso de matemáticos en 1954 se comenzó a analizar su obra. La línea es
abstracción y su obra era su pregunta por la geometría y la abstracción. Era
muy buen retratista y usaba la repetición en un excelente dibujo. El grabado lo
ayudó a dar un gran brinco en su obra. Se preocupaba por la calidad de la
impresión. Pulía su técnica y el desarrollo de su obra en cuanto a la metamorfosis
y el infinito. Busca el artificio de la línea y de la geometría para
desarrollar la teoría de la evolución, la realidad de un todo afecta todas sus
partes, secuencias infinitas. Hay alteraciones simultáneas de la realidad.
Escher se transforma en narrador y camina como en una fuga de música hacia el
infinito. Las matemáticas ordenan nuestro caos terrenal, son abstracción y
representación, caleidoscopio del universo. Como Bach que dicen que
representaba las matemáticas en su música. Arte y matemáticas se unen en Escher,
en especial en patrones repetitivos y simétricos. Inteligencia es crear lazos y
conectar, Escher nos ayuda a establecer lazos. Pienso que conectar estas ideas
de abstracción nos ayuda a la parte lógica de la filosofía, a la toma de decisiones
para lograr mejores soluciones de vida. La vida sana se trata de establecer
vínculos y crear puentes en particular con todo otro para asistirlo y ello nos
da felicidad. Activar nuestro cerebro y estimularlo, nos abre a poder activar
más lazos con todo otro. Aquí se une el arte a nuestros procesos de vida y
soluciones existenciales desde la sensibilidad y la estética.
Nuevos paisajes de paz aproximan desde la creatividad que abstrae y representa
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