Isaías 56:1
Perece el justo y nadie hace caso de ello. Los piadosos son quitados sin que nadie considere que los justos desaparecen para eludir el mal futuro. Entra en paz, reposa en su cama cada uno que anda en rectitud. Pero acercaos…¿No sois acaso hijos del pecado, simiente de falsía, vosotros que os inflamáis entre los ídolos debajo de cada árbol frondoso, que matáis a los niños en los valles debajo de las hendiduras de las rocas? Entre las piedras lisas del valle está vuestra porción… Yo he visto los caminos del justo y lo sanaré… Paz, paz al que está lejos y al que está cerca, dice el Eterno que crea el fruto de los labios; yo lo curaré. Pero los malvados son como el mar agitado porque no tienen reposo y sus aguas arrastran lodo y miseria. No hay paz, dice mi Dios con respecto a los impíos.
Es muy claro el camino. Se trata de lograr la paz y el reposo. Revisarnos dentro y fuera y pulirnos. Somos transparentes pues cerca y lejos todo se sabe y los actos torcidos se terminan por revelar. Estamos aquí para sanar y ayudarnos unos a otros en este proceso. Juntos podemos lograr la paz anhelada desde este trabajo espiritual en complicidad amorosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario