Lo más interesante es vivir la vida en la mirada de otros, en sus rostros y preguntas. No siempre lo logramos porque a menudo son agresivos y destructivos. Les queremos dar miradas positivas y más se molestan, ¿ qué podremos darles? ¿ qué necesitarán? Quizás sólo tiempo y despertar sus caminos. Un poco de límites ayudaría. Límites en las palabras y en las formas. Silencios y nuevos paisajes que descentren toda negatividad y la conviertan en luz.
Un grito se vuelve canto
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