Grace Nehmad

martes, 17 de agosto de 2021

Dudar para materializar en verdad para el otro

 

 

Descartes influye mucho en el pensamiento europeo. Es obsesivo de la verdad, todos los filósofos, pero se radicaliza en Descartes y duda de todo para encontrar las verdades a partir de ahí. Dudar de creencias y prejuicios y avanzar. Ir más lejos que nuestras impresiones. Filosofía y ciencia eran lo mismo. Tenemos ideas falsas- En la educación aprendemos cosas falsas y se van corrigiendo. Hay evolución y las falsedades y opiniones están presentes sin fundamento. Debemos de dudar y verificar. Como humanos también tenemos tendencia a equivocarnos a través de percepciones alteradas de la realidad. Hay muchos obstáculos al conocimiento. El conocimiento debe pulirse en sus accesos. A los sentidos no nos podemos confiar. Todo puede ser potencialmente falso. Suspender todo es no radicalizar. La moral es provisional y duda Descartes hasta de sí mismo y de su existencia corporal. Su filosofía es paranoica y dudó para estar seguro. Su ambición de verdad se volcó a las dudas como método de acceso a la verdad. Si dudo quiere decir que existo. El pensamiento existe y nosotros entonces existimos. Pienso, luego existo. Aunque el yo no es así para todas las lenguas. Seria la observación de las ideas que no son materiales. Es la verdad madre, verdad primera. El pensamiento para Descartes es superior a lo material. Serían arquetipos en platón, ideas y principios no materiales que las manifiestan. Encontramos la dualidad física y espiritual. Las ideas son eternas para Descartes y Platón. En el principio estaba el verbo o logos para la Biblia, las ideas, el espíritu que materializa. Somos el espejo del espíritu. La Biblia nos dice que la verdad es un pilar que sostiene al mundo y para no dudar, necesitamos precisar nuestras verdades, alejarnos de la mentira y de las apariencias. No podemos dejar de dudar y llegar a verdades desde la distorsión. Aquí entonces el problema viene al contaminar nuestro pensamiento con verdades a medias y la existencia misma se dobla en tales circunstancias, las dudas penetran y vulneran nuestra propia existencia. Tendemos a agrandar los hechos y a falsear la información, ya no podemos creer ni en nosotros mismos. Una cosa es dudar desde el rigor y otra, que las dudas nos ofusquen por su cantidad desproporcionada. Para llegar al camino de la verdad ser espejo del espíritu es central, de todo rostro para asistirlo. En el otro y para el otro materializamos. Cuestionamos y dudamos para ayudarlo mejor de manera pragmática y en discernimiento.


Un paisaje despejado de dudas para ayudar a todo otro en precisión



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