El silogismo nos lleva a causa de premisas y
conclusión derivada de las premisas. Es Aristóteles el que lo usa por primera
vez. Los silogismos tienen validez interna. El sofismo es un falso silogismo,
pues no todo es derivable y se corrige cuando hay silogismos absurdos desde las
palabras y conceptos. A veces entre las dos premisas se introduce una diferente
que le da vuelta al resultado. En realidad, la falta de claridad en las premisas
lleva a resultados falsos. Se trata de buscar y la baja de vigilancia nos lleva
a conclusiones falsas. Si el razonamiento es absurdo la conclusión lo será. La
lógica no siempre nos lleva a conclusiones racionales, pero parece que el
problema viene de nuestra falta de claridad y de nuestras premisas falsas. La
lógica toma como punto de partida uno dentro de una realidad estática, no se
habla de movimiento, pero no siempre es el caso. El pensamiento se fija en
categorías para atraparlo y se recorta la realidad. Pero el pensamiento es
dinámico y la separación es falsa y es artificial, es ilusión para aproximar el
real en movimiento. Es verdad, pero la representación es nuestra herramienta de
abstracción para llegar a conclusiones válidas. Yo he trabajado con
probabilidades en este sentido lógico y si se fija el mundo para estudiarlo,
pero con probabilidades en tiempo inicial y final y son suposiciones. No es
perfecto, son probabilidades con errores contemplados. Son probabilidades con
suposiciones integradas. No podemos culpar al silogismo de nuestros errores ni
de nuestra falta de visión, podemos contemplar un nivel de error y ayudarnos de
esta herramienta racional en todo momento sabiendo que no somos sólo intelecto
y que nuestro intelecto mismo está cargado de emociones. Para mejorar la vida
propia y la de otros es importante saber tomar mejores decisiones y aclararnos
es central. En este sentido, los silogismos representan una herramienta de
análisis existencial imperecedera.
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