Es un movimiento del tercer siglo, es una filosofía
total teórica y práctica. No sólo quiere comprender, quiere actuar en ética, comportamiento
de Ethos, de la mejor conducta para ser feliz. La filosofía es felicidad y
alcanzar a ser sabio porque se comprendió el mundo, ya no estar atormentado y
encontrar la paz interior. La moral habla del bien y del mal en cuanto
absolutos y obedecemos sin reflexión. La moral es un imperativo que no se
desobedece, nos ordena como en la religión es en este sentido un absoluto. Como
el imperativo categórico de Kant. Sin aprender de nuestros errores. La ética
nos informa para ser responsables y asumir las consecuencias. El individuo
escoge la regla y sus consecuencias en responsabilidad. Se presupone un cuadro
de buena conducta tanto en la moral como en la ética. En la moral es el bien y la
buena conducta como en los mandamientos y con los estoicos son las leyes
universales cósmicas. Son los principios inherentes del mundo. Son leyes y
principios que están en su lugar para hacerlo funcionar. Es una armonía
cósmica. La ley física no se modifica fácilmente y el metafísico no es observable.
Algo en lo físico nos escapa y es la metafísica y estos dos planos son uno para
los estoicos. La ley de la causalidad la experimentamos todos los días. Existen
efectos de dependencia. Los efectos están en relación directa con la causa y hay
hostilidades que se atienen a consecuencias. No todos reaccionamos igual, pero
para los estoicos nadie escapa de esta ley de causalidad y es lo primero,
comprender el orden del mundo y vivir en sabiduría de acuerdo con el orden
natural. La física del mundo nos lleva a lo metafísico y ya no somos unos
perdidos en el mundo, ya sabemos qué hacer de manera ética, estas leyes se
corresponden. ¿Cómo ser las encarnaciones de este orden cósmico? La naturaleza
nos manda señales y debemos vivir de acuerdo con ellas pues de otra manera
sufriremos. Si sufres hay una razón. Todo es reacción a una causa de dónde viene
mi sufrimiento. Todo es racional y siempre hay una razón hasta cuando no
sabemos de dónde viene nuestro sufrimiento. ¿Cómo comprender este sufrimiento? ¿Qué
atormenta nuestra alma? Queremos creer que podemos ser ricos sin hacer el
esfuerzo para ello. Las causas cuestan, quisiéramos las consecuencias sin
trabajo y hacer lo que sea sin consecuencias. La tendencia es a verlo todo en función
de nosotros y que nada es justo, pero no, hay consecuencias, el egoísmo tiene consecuencias
en el real. Podemos cambiar nuestro estado del alma y nuestra percepción del
mundo. Acepta y si rechazas sufrirás. Sufrimos por la representación de lo que
hacemos, es lo que nos hace sufrir, la percepción de los hechos. Podemos comprender
nuestra acción y la aceptación de los límites de la razón universal. Los
animales tienen su código genético y no escogen, nosotros lo tenemos y además
podemos desviarnos de la trayectoria natural. Es un errar en el mundo y tener
muchos caminos complejos. Muchos caminos llevan a sufrir y mucho no depende de
nosotros. La elección empieza en la dualidad, la conciencia y nacimiento de la
elección y la transgresión, fuente del saber. La elección nos lleva a los
errores y al sufrimiento. Se trata de adaptarnos a nuestro comportamiento. La
razón es la paz que compagina nuestra razón con la razón del mundo y aceptamos.
No sufrir el mundo, acordar y querer que las cosas tengan sentido, uno que no
nos atormente. Hay una razón que rige todo y hasta el absurdo pero que en
verdad no escapa a la razón. Nada pasa sin causa que puede descansar en otro
plano de comprensión. Saber que todo tiene una razón es difícil de aceptar y
podemos escoger la queja o complacerse de estas razones o elegir cambiar la
trayectoria de acuerdo con nuestras oportunidades de cambiar nuestro entorno. Podemos
hacernos responsables y cambiar. No somos esclavos del mundo. La conciencia es
la razón y de ahí somos como Dios, a imagen y semejanza y nos alineamos y
encontramos la paz interior.
Levinas nos diría que con el otro al centro
este mundo racional encuentra su sentido profundo pues está bien aceptar y no
ser egoístas, pero en este plano por sobre todas las cosas debemos de actuar
para el otro. Sólo así puede sanar nuestro mundo que de otra manera no
lograremos nunca aceptar y la insatisfacción nos dominará antes o después, la
insatisfacción que no hicimos para el otro, el saber que fuimos motivados por
intereses personales o que no supimos estar para el otro y darle lo que
necesitaba.
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