Grace Nehmad

domingo, 8 de agosto de 2021

El estoicismo y Levinas

 


Es un movimiento del tercer siglo, es una filosofía total teórica y práctica. No sólo quiere comprender, quiere actuar en ética, comportamiento de Ethos, de la mejor conducta para ser feliz. La filosofía es felicidad y alcanzar a ser sabio porque se comprendió el mundo, ya no estar atormentado y encontrar la paz interior. La moral habla del bien y del mal en cuanto absolutos y obedecemos sin reflexión. La moral es un imperativo que no se desobedece, nos ordena como en la religión es en este sentido un absoluto. Como el imperativo categórico de Kant. Sin aprender de nuestros errores. La ética nos informa para ser responsables y asumir las consecuencias. El individuo escoge la regla y sus consecuencias en responsabilidad. Se presupone un cuadro de buena conducta tanto en la moral como en la ética. En la moral es el bien y la buena conducta como en los mandamientos y con los estoicos son las leyes universales cósmicas. Son los principios inherentes del mundo. Son leyes y principios que están en su lugar para hacerlo funcionar. Es una armonía cósmica. La ley física no se modifica fácilmente y el metafísico no es observable. Algo en lo físico nos escapa y es la metafísica y estos dos planos son uno para los estoicos. La ley de la causalidad la experimentamos todos los días. Existen efectos de dependencia. Los efectos están en relación directa con la causa y hay hostilidades que se atienen a consecuencias. No todos reaccionamos igual, pero para los estoicos nadie escapa de esta ley de causalidad y es lo primero, comprender el orden del mundo y vivir en sabiduría de acuerdo con el orden natural. La física del mundo nos lleva a lo metafísico y ya no somos unos perdidos en el mundo, ya sabemos qué hacer de manera ética, estas leyes se corresponden. ¿Cómo ser las encarnaciones de este orden cósmico? La naturaleza nos manda señales y debemos vivir de acuerdo con ellas pues de otra manera sufriremos. Si sufres hay una razón. Todo es reacción a una causa de dónde viene mi sufrimiento. Todo es racional y siempre hay una razón hasta cuando no sabemos de dónde viene nuestro sufrimiento. ¿Cómo comprender este sufrimiento? ¿Qué atormenta nuestra alma? Queremos creer que podemos ser ricos sin hacer el esfuerzo para ello. Las causas cuestan, quisiéramos las consecuencias sin trabajo y hacer lo que sea sin consecuencias. La tendencia es a verlo todo en función de nosotros y que nada es justo, pero no, hay consecuencias, el egoísmo tiene consecuencias en el real. Podemos cambiar nuestro estado del alma y nuestra percepción del mundo. Acepta y si rechazas sufrirás. Sufrimos por la representación de lo que hacemos, es lo que nos hace sufrir, la percepción de los hechos. Podemos comprender nuestra acción y la aceptación de los límites de la razón universal. Los animales tienen su código genético y no escogen, nosotros lo tenemos y además podemos desviarnos de la trayectoria natural. Es un errar en el mundo y tener muchos caminos complejos. Muchos caminos llevan a sufrir y mucho no depende de nosotros. La elección empieza en la dualidad, la conciencia y nacimiento de la elección y la transgresión, fuente del saber. La elección nos lleva a los errores y al sufrimiento. Se trata de adaptarnos a nuestro comportamiento. La razón es la paz que compagina nuestra razón con la razón del mundo y aceptamos. No sufrir el mundo, acordar y querer que las cosas tengan sentido, uno que no nos atormente. Hay una razón que rige todo y hasta el absurdo pero que en verdad no escapa a la razón. Nada pasa sin causa que puede descansar en otro plano de comprensión. Saber que todo tiene una razón es difícil de aceptar y podemos escoger la queja o complacerse de estas razones o elegir cambiar la trayectoria de acuerdo con nuestras oportunidades de cambiar nuestro entorno. Podemos hacernos responsables y cambiar. No somos esclavos del mundo. La conciencia es la razón y de ahí somos como Dios, a imagen y semejanza y nos alineamos y encontramos la paz interior.

Levinas nos diría que con el otro al centro este mundo racional encuentra su sentido profundo pues está bien aceptar y no ser egoístas, pero en este plano por sobre todas las cosas debemos de actuar para el otro. Sólo así puede sanar nuestro mundo que de otra manera no lograremos nunca aceptar y la insatisfacción nos dominará antes o después, la insatisfacción que no hicimos para el otro, el saber que fuimos motivados por intereses personales o que no supimos estar para el otro y darle lo que necesitaba.

El otro, nuestra causa última


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