Grace Nehmad

domingo, 1 de agosto de 2021

Sadismo y Levinas

 El marquis de Sade es el autor que dio su nombre al sadismo. El sadismo es experimentar placer con el dolor del otro, es perverso y de ahí su filosofía. Leía filosofía y era lúcido en sus elecciones y resalta su coherencia ¿Cómo puede festejar su monstruosidad? Es física y moral. El monstruo es el que se muestra en éstas dos caras. La monstruosidad moral viene de actos crueles y que nos excluyen de la humanidad en los límites de lo sano. No somos depredadores, somos seres morales pero estos monstruos son parte de nosotros y nos asustan. La facultad de pensar se usa de manera negativa y por eso nos interesa este personaje. La empatía va en contra en esta situación. Nos volvemos insensibles al dolor del otro o a sus carencias y todos queremos ser salvados. Descansamos como humanidad en la empatía que determina nuestros valores. Para Kant se excluye a la moral de nuestra parte sensible y ello es extraño pues no podemos ser insensibles al dolor del otro, indiferentes. Pero al marquis de Sade el dolor no le es indiferente, le causa placer, ello no es aceptable para las normas sociales y por ello lo encarcelan. Él invierte los valores morales. Es la voluntad de poder de Nietzsche de alguna manera, es depredador y violento. Es un querer vivir. Exaltar la creatividad para Nietzsche era voltear los valores y para Sade es sólo quedarse con el mal y transgredir a los valores cristianos, invertir lo bueno y lo malo, dejar libre al vicio y hacerlo público. El mal es para Sade necesario dejarlo salir y reconocerlo, su crueldad que es la verdad del hombre y su vicio. Si la naturaleza nos lo dio, es aceptarnos y Sade repudia al cristianismo por reprimirlo. Pero para Sade es asumir nuestra naturaleza y para el cristianismo es corregirla. La crueldad es nuestra naturaleza para Sade y es nuestra energía liberada. La cultura es alteración de la naturaleza y ello es malo para Sade, nuestro orgullo son las leyes pero para él debe ser al contrario, él es ateo. El hombre no debe traicionar su verdad maligna, el hombre se civiliza y miente con hipocresía. Dios es un fantasma para Sade que inventamos para sustentar lo falso.

No debemos esconder nuestra animalidad y nos civilizamos para mentir. Debemos liberar nuestra verdad, nuestro vicio y dejar de tener vergüenza de nuestra verdadera esencia para Sade y la virtud famosa muere con nosotros por eso no tiene ningún sentido. 

Los remordimientos y malas conciencias destruyen, la moral y las leyes exteriores son parte también de nuestra naturaleza y actuar sin freno no nos dejará tranquilos ni en paz.

Levinas evidentemente no cree en el sadismo ni en la crueldad desatadas en el nazismo. Quizás no se trata de autoflagelarse por sentir impulsos y a menudo hacerlos realidad pero me parece que sí somos capaces de redirigir nuestra energía creativa a lo positivo y evitar la muerte y tortura a otros’ nuestra destrucción colo humanos. Es verdad que la exagerada malaconciencia de actosque pueden trabajarse y curarse, no ayuda. Existe la corrección desde la aceptación y el pedir ayuda. No se trata de no aceptarnos ni escucharnos, de ser atrapados por la hipocresía, se trata de asistirnos para sanar. 

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