Estaba reflexionando que cuando hacía caminatas largas con mi ex marido se extendía el tiempo y devenía otro en un profundo estado de meditación que en el movimiento se alcanzaba y era movimiento para el otro, para mi ex marido. Ahora en shabat se abre el tiempo espiritual en lo estático y en familia, también en la lectura profunda pero no es para un otro rostro físico, es diferente es otro mezclado con la familia y en tiempos abiertos mi midrash. Sin embargo, me cuesta más elevarlo, mucho más que en aquellas caminatas. Al mismo tiempo, el rezo y clase de Torá colectiva y presencial tienen otro matiz. Una espiritualidad diferente, son un rostro cualitativamente distinto, ¿cómo se integran todas estas partes? ¿Todos éstos tiempos y rostros? Investigar la expansión de nuestros tiempos espirituales en la tierra me parece que da sentido existencial para servir al rostro y a Dios. El tema es también el conseguir integrarnos en un sólo corazón en el cotidiano para asistir a todo otro en todo momento. ¿Será posible? Quizás de trata de ir incrementando tiempos espirituales al servicio de, en nuestro cotidiano.
En la letra de la casa invito al tiempo espiritual, comparto dentro
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