En tu tiempo, tu horizonte en mí

 El tiempo en Bergson me inspira a reflexionar sobre el tiempo en Levinas. Particularizar el tiempo primero y hacerte uno en duración entre dos segmentos de tiempo par aproximar al rostro del otra y abrirte al instante dos, a su tiempo, devienes el tiempo del otro, le regalas tu tiempo, lo atiendes y te olvidas de ti. Tu cuerpo desaparece y eres sólo escucha y mirada para ese rostro que te interpela. Su tiempo en ti exponenciado multiplica y se descubren en su infinito. Encuentro cara a cara. Pero los recortes si queremos comprender lo que pasó son arbitrarios. El Mismo fue y vino de sí hacia el otro. Le dio frío y regresó a sí, volvió al rostro. El esfuerzo debe estar en él, es lo que da sentido a su existencia. Todo lo físico pierde importancia y existe sdólo para abrir el segmento del encuentro cara a cara, del horizonte del otro en el mismo y su percepción concentrada en y para él

Me descubro en tu tiempo, tu horizonte en mí