Grace Nehmad

miércoles, 10 de marzo de 2021

Levinas y Bergson y el tiempo

 

Levinas y Bergson y el tiempo

Bergson es fiel a su obra y en fenomenología la idea de Husserl está en Bergson quien lo llamó a Francia, lo hizo escuchable, fue mensajero del tiempo como homenaje y deuda poco estudiada.

En Bergson y en Levinas hay una misma tradición cartesiana de la obra metafisica contraria a la idea moderna anclada en la filosofía griega es la del cogito cartesiano, fuente cartesiana y obsesiva de la filosofía que avanza diferente que la ciencia. Es la duración para Bergson y el otro para Levinas se dividen ahí se dividen en exterioridad e interioridad.

Estos dos filósofos tienen un mismo rechazo y proyecto al aspirar a Descartes y no a la propuesta griega dell alma más allá del mundo sensible presente.

Es el tiempo cartesiano del cogito el que ellos sostienen y se bifurcan en interioridad de la duración y exterioridad del instante del otro para Levinas.

Para el pensamiento griego el alma va más allá de la idea. Para Descartes el mundo sensible del alma no es más que ideas, es lo que ves. La modernidad tiende a atraparse en lo griego, Bergson sale de ello a través de su concepto de la duración metafísica de las ideas y Levinas a través del otro.

Elevar al alma es deseo de lo perfecto alma en Levinas y tiene dos posibilidades totalidad o infinito. El sistema del otro o del yo son dos caminos. La filosofía se compromete y no puede entenderse diferente desde lo griego. Dos caminos se ven en Bergson y Levinas y ambos critican la metafísica moderna, la ilusión de la nada y de la forma que debemos combatir. La idea de que la nada precede al ser, es ilusión de forma más en lo estático que en movimiento, más en el tiempo que en la forma. Levinas busca alcanzar al ser a partir de la nada en la alteridad, es la identidad del otro y no la mía. El inmediato es forma y devenir. No dejarse asimilar por la experiencia. Sincronizar los momentos. El tiempo es más que un instante. Es suma de instantes. La ilusión del futuro no debe absorbernos, es no caer en ella y volver al presente de la creación.

Bergson y Levinas parten de Descartes en el cogito, en sus meditaciones, contra el pensamiento griego y luego se bifurcan. Duro entonces soy es el cogito bergsoniano.

El tiempo de Descartes es sucesión de instantes y está constantemente amenazado de fragmentarse. Pasarse del cogito en permanencia en el tiempo es llegar a Dios. En Descartes el ego se recarga en lo superior a él que es Dios. La creación es continua. Que Dios recomience su acto creativo sin cesar, se renueva en la conservación. Intuición. Esta realidad no es suficiente para sí misma. Es cogito en la duración y se sostiene a sí misma en Dios. La duración es sustancial. Crear no es conservar.

En Levinas es sustancial en el yo con Dios, es sustancia que piensa y de otra manera no hay otro. Descubrir al otro se da en un segundo momento, la relación es temporal. El tiempo abstracto y concreto está aquí en juego. El instante domina por excelencia y es el presente, es el yo asumido, delimitado. Y cuando entra el otro es en dos instantes para Levinas y se trata de una duración en exterioridad. En Bergson el tiempo del espacio es compenetración personal, es espacio ideal, es interior y para Levinas es exterioridad. El tiempo en ambos es diacrónico y discontinuo, suma de instantes se excluyen unos a otros. Este interesante análisis lo he parafraseado de Camille Riquier en El tiempo y el otro: Bergson entre Descartes y Levinas.

Me parece muy interesante el lograr atrapar al tiempo como concepto o acercarnos a ello en Levinas y Bergson. La idea de duración y cómo se puede captar en Levinas en ese segundo instante. La diferencia de esa preponderancia del mundo sensible que empieza con Descartes en el cogito. Me atrae porque es romper falsas ilusiones y concentrarme en el ahora y el ahora para el otro con más fuerza en Levinas y en Bergson también esa interiorización muy válida me parece y cualitativamente diferente a la búsqueda del ser Heideggeriana. Es como dice Levinas escapar de las ilusiones totalizadoras y desde la apertura entrar en el infinito del otro.

El tiempo en el otro como y para el otro

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